Alrededor de 300 personas fueron convocadas por medio de la red social Twitter a fin de participar en la protesta contra el ataque a un casino que acabó con la vida de 52 personas.
Unas 300 personas que habían sido convocadas por la red social Twitter se manifestaron hoy frente al Ángel de la Independencia de la Ciudad de México para apoyar a los ciudadanos de Monterrey y recordarles que no están solos.
La etiqueta "cacerolazo" ha estado circulando todo el día en esa red social, convocando a los mexicanos a llevar cacerolas y hacer ruido contra la violencia.
Pese a que fueron numerosas las voces y posturas que, gracias a un megáfono, se escucharon bajo los pies de este emblemático lugar, una fue la propuesta principal: los mexicanos tienen que organizarse y salir a la calle para demostrar que están hartos de tanta barbarie.
Esta noche, cuando el activista y tuitero Daniel Gershenson tomó la palabra para recordar a los 52 muertos en el Casino Royale de la capital de Nuevo León, afirmó que era "un lugar en donde muchas personas que estaban divirtiéndose se toparon con una realidad inconcebible".
Varios activistas repartieron carteles en los que podían leerse mensajes como: "Yo no pedí esta guerra", "Ya nos quitaron los sueños, entonces despertemos" o "Y la guerra contra la impunidad, ¿cuándo?".
Tras las cacerolas y los gritos, vinieron las propuestas. El megáfono se abrió a todos los ciudadanos que quisieron mostrar su indignación y sus opiniones.
Tomar como propios los muertos ajenos, honrar los lugares en los que se han cometido crímenes, reunirse en pequeños grupos para hacer acciones concretas, fueron algunas de las propuestas hechas por anónimos o miembros de distintas organizaciones.
"Soy un mexicano más y me duele lo que estamos viviendo en este país. (El presidente Felipe ) Calderón lleva una estrategia errónea y no se cuánto más tenemos que aguantar", expuso un joven.
"Que los casi 50.000 muertos sirvan de algo, para cambiar, ojalá esto sea el comienzo del cambio", rezó una mujer.
Calderón fue en numerosas ocasiones el blanco de las críticas hasta el punto de que muchos de los manifestantes gritaron pidiendo su dimisión. "Si todavía le queda una gota de amor por México, tiene que dimitir", exigió una ciudadana.
María Olga Alvarado, de Ciudad Juárez, una de las asistentes a la marcha, apuntó que no aguantan más esta situación injusta y sin respuestas. "¿Qué más viene?", reclamó.
Hubo algunas discusiones entre los participantes, pero el grito unánime era de unión. "Todos somos víctimas de alguna manera. No esperemos a que el muerto sea un familiar. Debemos estar unidos todos los mexicanos", dijo un joven.
Otros se culparon a sí mismos, a México "que ha perdido su identidad" y expresaron que lo necesario es acabar con la corrupción y la indiferencia de los ciudadanos que no denuncian los crímenes que ocurren a su lado.
"Eduquemos a nuestros hijos para no tener que castigar a nuestros hombres", pidió una señora. Un anciano, con lágrimas, se lamentó de que no hubieran acudido miles de personas a la marcha y pidió que la próxima vez todos traigan a familiares y amigos.
Se guardó un minuto de silencio por las víctimas, antes de pasar a la lectura de los nombres de los muertos de Monterrey, seguidos del grito "no debió morir".
El acto duró una hora y media, aunque las televisiones se fueron mucho antes, quizás cuando los manifestantes las mencionaran como cómplices de la crisis social. Los focos se apagaron, llegó la lluvia, pero los mexicanos no se callaron.
EFE
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