El mandatario norteamericano se pronunció ante la noticia de la renuncia del ex mandatario egipcio, Hosni Mubarack.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que la marcha del jefe de Estado Hosni Mubarak representa "no el fin de la transición, sino su comienzo" en Egipto, un país que "no volverá a ser el mismo".
En una declaración en el vestíbulo de la Casa Blanca, el presidente estadounidense advirtió de que el proceso no será fácil y aún quedan "días difíciles por delante".
No obstante, aseguró que "el pueblo egipcio ha hablado y sus voces han sido escuchadas".
Lo que se ha visto en el proceso desarrollado a lo largo de las últimas dos semanas "a un paso cegador", explicó el presidente estadounidense, ha sido "el poder de la dignidad humana" y la "fuerza moral de la no violencia".
Los egipcios, consideró, se han impuesto por la fuerza que imparte "la no violencia, el no recurso al terrorismo o a los asesinatos descabellados".
En la revolución pacífica comenzada el 25 de enero en la plaza Tahrir, señaló el presidente estadounidense, "no podemos sino escuchar los ecos de la historia", de episodios como la caída del Muro de Berlín o la lucha por la independencia india de Gandhi, "llevándonos por el camino de la justicia".
El mundo entero, aseguró, "está tomando nota" de lo que ocurre en Egipto, donde los manifestantes de la plaza Tahrir, señaló, "han cambiado el país y, de hecho, el mundo".
En una alusión a lo que fue su lema de campaña electoral en 2008, "sí podemos", Obama aseguró que "realmente han podido".
Antes de efectuar la declaración, el presidente se reunió con su equipo de seguridad nacional en la Sala de Incidencias de la Casa Blanca, en su segundo encuentro del día para tratar sobre el desarrollo de los acontecimientos en Egipto.
El presidente estadounidense recibió la noticia de la marcha de Mubarak hoy durante una reunión en el Despacho Oval y ha visto por televisión la reacción de júbilo en las calles de El Cairo tras el anuncio. EFE
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