En su primera gran homilía del Jubileo 2025, el papa León XIV destacó la importancia del matrimonio como fundamento de la familia y criticó el uso de la libertad para "quitar vidas", durante una misa que reunió a miles de familias en la Plaza de San Pedro.
El papa León XIV celebró este domingo su primer gran acto del Año Santo, una misa dedicada a las familias, niños, abuelos y ancianos en la Plaza de San Pedro. Ante más de 45.000 personas, según Vatican News, el pontífice defendió el matrimonio como el "modelo concreto del amor entre el hombre y la mujer" y cuestionó las prácticas que invocan la libertad para atentar contra la vida.
En su homilía, León XIV subrayó que el matrimonio no debe considerarse un ideal lejano, sino una realidad tangible que refleja el amor divino.
"El matrimonio no es un ideal inalcanzable, sino el modelo concreto del amor entre el hombre y la mujer. Ese amor, al hacerlos 'una sola carne', los capacita para dar vida, a imagen de Dios", afirmó, citando la encíclica Humanae Vitae (1968).
El pontífice destacó que las familias son el cimiento del futuro de los pueblos. "Hermanos, si nos amamos así, sobre el fundamento de Cristo (...), seremos un signo de paz para todos, en la sociedad y en el mundo. No hay que olvidarlo: del seno de las familias nace el futuro de los pueblos", expresó.
Para reforzar su mensaje, el papa citó a parejas canonizadas como modelos de vida matrimonial, entre ellas Luis y Celia Martin, padres de santa Teresa del Niño Jesús, beatificados en 2008, y la familia polaca Ulma, mártires de la II Guerra Mundial por proteger a judíos.
León XIV critica a la "libertad mal entendida"
León XIV también abordó las amenazas contra la vida, lamentando que "a veces esta humanidad se ve traicionada". En un tono firme, señaló: "Es cierto que, a veces, esta humanidad se ve traicionada. Por ejemplo, cuando se invoca la libertad no para dar vida, sino para quitarla; no para proteger, sino para herir".
Añadió que, frente al mal que divide, Jesús continúa intercediendo por la humanidad.
Para reforzar su mensaje, el papa citó a parejas canonizadas como modelos de vida matrimonial, entre ellas Luis y Celia Martin, padres de santa Teresa del Niño Jesús, beatificados en 2008, y la familia polaca Ulma, mártires de la II Guerra Mundial por proteger a judíos.
"Al proponernos como testigos ejemplares a matrimonios santos, la Iglesia nos dice que el mundo de hoy necesita la alianza conyugal para conocer y acoger el amor de Dios, y para superar, con su fuerza que une y reconcilia, las fuerzas que destruyen las relaciones y las sociedades", afirmó.
Un encuentro multitudinario en el Vaticano
La misa, que congregó a delegaciones de 131 países, llenó la Plaza de San Pedro con banderas y carteles que proclamaban lemas como "Papa León, protege la familia". Antes de la eucaristía, el pontífice recorrió la plaza en su papamóvil, bendiciendo a niños y saludando a los fieles, en un gesto que incluyó un emotivo choque de manos con un joven entre la multitud.
Tras la ceremonia, León XIV entonó el Regina Caeli, el rezo pascual que sustituye al Ángelus, y dedicó un mensaje a los niños, abuelos y ancianos, a quienes calificó como "modelos de fe e inspiración". También pidió por las familias en dificultades, especialmente aquellas afectadas por conflictos en Oriente Medio, Ucrania y otras regiones del mundo, invocando la intercesión de la Virgen María para "caminar juntos por el camino de la paz".
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