Oficial es madre de una niña de cinco meses. Por instinto dio de lactar a la bebé abandonada, arriesgándose a contraer algún tipo de enfermedad.
Una joven agente de policía, madre de una niña de cinco meses, salvó la vida de una recién nacida que había sido abandonada en un descampado Mendoza, en el oeste de Argentina, al darle de mamar, informa hoy la prensa local.
"Fue puro instinto, algo que me salió sin pensar. Pregunté si estaba viva y quise colaborar con mi granito de arena", aseguró Alejandra Farías, de 22 años y auxiliar de la Unidad Especial de Patrullaje de la policía de la provincia de Mendoza.
La pequeña, que cuando fue hallada en la madrugada del domingo todavía tenía el cordón umbilical y presentaba signos de hipotermia, había sido abandonada en un terreno vecino al lugar donde se celebró la Fiesta Nacional de la Vendimia.
"Tengo una hija de cinco meses que se llama Mayra. La verdad es que no se me ocurre en qué cabeza cabe dejar a una criatura a la intemperie. Si no la hubiéramos encontrado, no sé si hubiera sobrevivido porque a la media hora se largó a llover. Cuando volví a mi casa y vi a mi nena, me corrían las lágrimas", aseguró Farías.
Un grupo de personas advirtió a la policía sobre el hallazgo de una niña que estaba llorando en un descampado lindante con el auditorio donde tenía lugar la Fiesta de la Vendimia en Mendoza, la principal provincia productora de vinos del país.
"Pedí una ambulancia para ir al Hospital de Niños, pero decidimos tomar un taxi porque la zona estaba colapsada después del evento. Ahí fue cuando la auxiliar se ofreció a darle de mamar a la beba. Se arriesgó mucho porque no sabíamos el estado de salud de la nena", explicó al diario Crítica Luis Vairús, oficial de la Unidad de Patrullaje.
El efectivo comentó que la niña se encuentra en buen estado de salud, con un peso 2,6 kilogramos y que los médicos la llamaron Candela, "como la reina de la Vendimia".
"Nunca viví una situación tan sensible como esta, recién ahora estoy aprendiendo lo que es la calle. Quiero visitarla con mi hija y llevarle ropita. Voy a seguir en contacto para saber qué va a ser de su vida", manifestó Farías. EFE
Foto: Archivo/EFE
"Fue puro instinto, algo que me salió sin pensar. Pregunté si estaba viva y quise colaborar con mi granito de arena", aseguró Alejandra Farías, de 22 años y auxiliar de la Unidad Especial de Patrullaje de la policía de la provincia de Mendoza.
La pequeña, que cuando fue hallada en la madrugada del domingo todavía tenía el cordón umbilical y presentaba signos de hipotermia, había sido abandonada en un terreno vecino al lugar donde se celebró la Fiesta Nacional de la Vendimia.
"Tengo una hija de cinco meses que se llama Mayra. La verdad es que no se me ocurre en qué cabeza cabe dejar a una criatura a la intemperie. Si no la hubiéramos encontrado, no sé si hubiera sobrevivido porque a la media hora se largó a llover. Cuando volví a mi casa y vi a mi nena, me corrían las lágrimas", aseguró Farías.
Un grupo de personas advirtió a la policía sobre el hallazgo de una niña que estaba llorando en un descampado lindante con el auditorio donde tenía lugar la Fiesta de la Vendimia en Mendoza, la principal provincia productora de vinos del país.
"Pedí una ambulancia para ir al Hospital de Niños, pero decidimos tomar un taxi porque la zona estaba colapsada después del evento. Ahí fue cuando la auxiliar se ofreció a darle de mamar a la beba. Se arriesgó mucho porque no sabíamos el estado de salud de la nena", explicó al diario Crítica Luis Vairús, oficial de la Unidad de Patrullaje.
El efectivo comentó que la niña se encuentra en buen estado de salud, con un peso 2,6 kilogramos y que los médicos la llamaron Candela, "como la reina de la Vendimia".
"Nunca viví una situación tan sensible como esta, recién ahora estoy aprendiendo lo que es la calle. Quiero visitarla con mi hija y llevarle ropita. Voy a seguir en contacto para saber qué va a ser de su vida", manifestó Farías. EFE
Foto: Archivo/EFE
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