XXI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno fue inaugurada el viernes en Asunción con el lema "Transformación del Estado y Desarrollo".
La XXI Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno fue inaugurada el viernes en Asunción con un llamado a hacer más eficiente el Estado, el tema central de la reunión, y a aprovechar la fortaleza económica latinoamericana para combatir los efectos de la crisis global.
La cita, que será recordada por la escasa presencia de gobernantes, fue inaugurada por el presidente anfitrión, Fernando Lugo, en un auditorio del Banco Central de Paraguay, tras lo cual los gobernantes asistieron a una cena de honor en el mismo recinto.
En su discurso, Lugo indicó que adoptó el lema "Transformación del Estado y Desarrollo" al percibir la necesidad de responder a "las crecientes demandas" de la ciudadanía en materia de derechos y de adecuar a la administración pública a esos reclamos, "lo cual no supone su minimización estructural sino su gestión eficiente".
Lugo abogó por un "Estado en alianza estratégica con la sociedad y el mercado" y aseveró que América Latina se ha regido hasta ahora por modelos "impuestos o importados" que ya "están agotados y más que agotados" y han conducido a "profundas crisis sociales, a una real crisis de cierto modelo de Estado".
La crisis económica demuestra que "no hay salidas aisladas por más poderosos que sean los países" y que la región "no puede quedar al margen del "proceso de reorganización del orden internacional", agregó.
Al acto, que comenzó con la interpretación del himno nacional paraguayo, asistieron los reyes de España y el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, así como el jefe de Gobierno de Andorra, Antonio Martí Petit, que llegaron anoche.
También estuvieron el presidente peruano Ollanta Humala, el mexicano, Felipe Calderón, el portugués Aníbal Cavaco Silva, el chileno Sebastián Piñera, el panameño Ricardo Martinelli, el guatemalteco Álvaro Colom y el boliviano Evo Morales, que llegaron en el transcurso de la jornada.
Poco antes de que hablara Lugo, el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, aprovechó para felicitar en su discurso de apertura al Rey Juan Carlos, a Rodríguez Zapatero y a todos los españoles por el "fin del terrorismo demencial" de la banda ETA.
Iglesias también se refirió a la crisis para lamentar que "no se haya mirado un poco a las experiencias de América Latina en los años noventa", cuando buena parte de sus países sufrieron importantes turbulencias económicas.
Ahora la región se encuentra ante su "gran oportunidad" gracias a su crecimiento y a la reducción de la deuda externa, del desempleo y de la pobreza, destacó.
"Es posible aspirar a una década de sostenido crecimiento pero ello no es gratis", alertó también, antes de aconsejar que se acometan "con determinación" reformas estructurales porque ha llegado el "momento de la acción y no de la autocomplacencia".
Reunión de cancilleres
Este viernes los cancilleres dejaron listos para los mandatarios todos los documentos que analizarán el sábado en la sesión plenaria, salvo la declaración final, que quedó sin cerrar aún, en parte por una propuesta boliviana de mención a los países "privados de litoral" que no convence a Chile.
Los documentos aprobados, que serán suscritos el sábado por los jefes de Estado y de Gobierno, son un plan de acción y una docena de comunicados especiales, que tocan temas variados, como la lucha antiterrorista, las Malvinas, la hoja de coca, el cambio climático o el embargo a Cuba.
La reunión de ministros de Exteriores tuvo como escenario la sede de la Confederación Suramericana de Fútbol, a las afueras de Asunción, el lugar escogido para el debate de los gobernantes este sábado.
Las diferencias entre Bolivia y Chile son el primer escollo de una cumbre sin sobresaltos y con poco poder de convocatoria.
Entre las ausencias destacan la de los tres socios de Paraguay en el Mercosur -Argentina, Brasil y Uruguay-, así como varios países centroamericanos -El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Honduras-, además de Colombia, República Dominicana y Venezuela.
Los últimos en pisar suelo paraguayo serán el presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el primer ministro de Portugal, Pedro Passos Coelho, que lo harán a medianoche.
El canciller de Haití, Laurent Lamothe, también llegó a la capital paraguaya con el fin de solicitar el ingreso de su país como miembro permanente de las cumbres iberoamericanas, según anunció hoy en una rueda de prensa.
El borrador de la declaración final, al que tuvo acceso Efe, recoge dos de las preocupaciones de la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB): incorporar la participación ciudadana a las cumbres y fomentar el uso de las tecnologías de la información.
EFE
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