El presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, sellaron por teléfono el pacto, que contempla la reducción de un 30% de cabezas nucleares.
Estados Unidos y Rusia han cerrado un nuevo acuerdo de desarme nuclear que sustituirá al tratado START de 1991 que expiró el pasado diciembre, anunció ayer la Casa Blanca.
El acuerdo, que será firmado el próximo 8 de abril en Praga, quedó sellado en una conversación telefónica que mantuvieron el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo ruso, Dmitri Medvédev.
El tratado contempla la reducción de alrededor del 30% de las cabezas nucleares, que quedarán limitadas a 1.550 por país.
Los dos gobernantes coincidieron en destacar la importancia de que las dos mayores potencias nucleares puedan, con su ejemplo, alentar al resto del mundo a avanzar en la no proliferación de armas atómicas.
El presidente Obama se mostró este viernes complacido por dicho acuerdo, que supone, dijo, el "más amplio acuerdo de control de armas de las ultimas dos décadas".
En una comparecencia ante la prensa, el dirigente estadounidense destacó que con el pacto, que es una nueva muestra de la relación constructiva con Rusia, los dos países "envían una señal clara de que quieren liderar" la no proliferación en el mundo.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, dijo que el acuerdo con Rusia muestra a otros países, como Irán o Corea del Norte que la no proliferación es una prioridad máxima para Moscú y Washington.
Según la Casa Blanca, EEUU y Rusia sólo podrán tener 800 vectores estratégicos, como se denomina a los equipos que permiten lanzamientos a larga distancia, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos estratégicos.
La mayor parte de estos equipos, unos 700, pueden ser plataformas desplegadas.
El nuevo tratado supone un mayor compromiso de desarme entre las dos potencias, en comparación con el anterior pacto nuclear START, sellado en 1991 y que venció en diciembre pasado.
El START supuso el primer esfuerzo en reducir el arsenal atómico con el que se amenazaban mutuamente ambas naciones desde la década de los años cincuenta del pasado siglo, en tiempos de la Guerra Fría.
Bajo aquel acuerdo, Washington y Moscú se comprometían a reducir el número de vectores nucleares a 1.600, en tanto que el número de ojivas debía de ser como máximo de 6.000.
En los últimos quince años, no obstante, ambos países los han rebajado a unos 2.200. El nuevo tratado también simplifica con respecto al anterior los sistemas de verificación del desarme.
Los dos mandatarios acordaron este viernes que el nuevo tratado será firmado en Praga, la misma ciudad donde Obama pronunció el año pasado un discurso en el que expuso su planteamiento para la lucha contra la proliferación y el control de armamento.
El tratado de desarme deberá ser ratificado por el Senado de EEUU y la Duma rusa.
Desde Europa, empezaron a llegar las primeras reacciones. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo que el tratado es "un signo a la comunidad internacional en la perspectiva de la Conferencia de examen del Tratado de no proliferación de armas nucleares de mayo próximo".
El jefe del Estado francés mostró su "calurosa" satisfacción por este acuerdo y aseguró que Francia "apoya la continuidad del proceso bilateral" entre Washington y Moscú "de reducción de sus arsenales nucleares, los más importantes del mundo".
-EFE-
El acuerdo, que será firmado el próximo 8 de abril en Praga, quedó sellado en una conversación telefónica que mantuvieron el presidente estadounidense, Barack Obama, y su homólogo ruso, Dmitri Medvédev.
El tratado contempla la reducción de alrededor del 30% de las cabezas nucleares, que quedarán limitadas a 1.550 por país.
Los dos gobernantes coincidieron en destacar la importancia de que las dos mayores potencias nucleares puedan, con su ejemplo, alentar al resto del mundo a avanzar en la no proliferación de armas atómicas.
El presidente Obama se mostró este viernes complacido por dicho acuerdo, que supone, dijo, el "más amplio acuerdo de control de armas de las ultimas dos décadas".
En una comparecencia ante la prensa, el dirigente estadounidense destacó que con el pacto, que es una nueva muestra de la relación constructiva con Rusia, los dos países "envían una señal clara de que quieren liderar" la no proliferación en el mundo.
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, dijo que el acuerdo con Rusia muestra a otros países, como Irán o Corea del Norte que la no proliferación es una prioridad máxima para Moscú y Washington.
Según la Casa Blanca, EEUU y Rusia sólo podrán tener 800 vectores estratégicos, como se denomina a los equipos que permiten lanzamientos a larga distancia, como misiles intercontinentales, submarinos y bombarderos estratégicos.
La mayor parte de estos equipos, unos 700, pueden ser plataformas desplegadas.
El nuevo tratado supone un mayor compromiso de desarme entre las dos potencias, en comparación con el anterior pacto nuclear START, sellado en 1991 y que venció en diciembre pasado.
El START supuso el primer esfuerzo en reducir el arsenal atómico con el que se amenazaban mutuamente ambas naciones desde la década de los años cincuenta del pasado siglo, en tiempos de la Guerra Fría.
Bajo aquel acuerdo, Washington y Moscú se comprometían a reducir el número de vectores nucleares a 1.600, en tanto que el número de ojivas debía de ser como máximo de 6.000.
En los últimos quince años, no obstante, ambos países los han rebajado a unos 2.200. El nuevo tratado también simplifica con respecto al anterior los sistemas de verificación del desarme.
Los dos mandatarios acordaron este viernes que el nuevo tratado será firmado en Praga, la misma ciudad donde Obama pronunció el año pasado un discurso en el que expuso su planteamiento para la lucha contra la proliferación y el control de armamento.
El tratado de desarme deberá ser ratificado por el Senado de EEUU y la Duma rusa.
Desde Europa, empezaron a llegar las primeras reacciones. El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, dijo que el tratado es "un signo a la comunidad internacional en la perspectiva de la Conferencia de examen del Tratado de no proliferación de armas nucleares de mayo próximo".
El jefe del Estado francés mostró su "calurosa" satisfacción por este acuerdo y aseguró que Francia "apoya la continuidad del proceso bilateral" entre Washington y Moscú "de reducción de sus arsenales nucleares, los más importantes del mundo".
-EFE-
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