Ampatuan Junior, principal sospechoso de haber planeado y ejecutado la masacre de 57 personas, apareció con la cabeza tapada por un turbante y acompañado de su hermano.
El presunto cabecilla de la banda que
asesinó a 57 personas en el sur de Filipinas, se rindió después de
que unos veinte miembros de su clan fueran detenidos hoy con
relación a la matanza por una disputa de poder con otra influyente
familia.
Andal Ampatuan, alcalde de una pequeña localidad e hijo del mayor cacique de la región del sur de la isla de Mindanao, fue entregado a Jesús Dureza, el principal asesor de la presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, por miembros de su propio clan, hasta ahora aliado del Gobierno.
La entrega del sospechoso, que apareció con la cabeza tapada por un turbante y acompañado de su hermano Zaldi Ampatuan, gobernador de la Región Autónoma Musulmana de Mindanao, se efectuó en la sede del gobierno provincial, en la ciudad de Shariff Aquak, acordonada horas antes por decenas de soldados y policías.
Unos minutos después el detenido fue trasladado en helicóptero a la ciudad vecina de General Santos, desde la que viajó a Manila escoltado por efectivos de las fuerzas de seguridad para ser puesto a disposición de la Justicia, indicó el general Raimundo Ferrer, jefe de la comandancia militar provincial.
También cinco oficiales de la Policía fueron trasladados a Manila en otro avión para ser investigados por su presunta implicación en la matanza, que llevó al Gobierno a declarar el estado de excepción en dos provincias de la isla, y en la ciudad de Davao, en la que residen miembros de los dos clanes rivales.
A primeras horas de la mañana y cuando proseguía la negociación para la entrega del presunto cabecilla, el director de la Policía Nacional, Jesús Verzosa, anunció la detención de veinte supuestos sicarios del clan de los Ampatuan.
En la misma operación, las fuerzas de seguridad se hicieron con el control del edificio de la gobernación de Maguindanao y de los ayuntamientos de Shariff Aguak y Ampatuan, ciudad que lleva el nombre del clan, con el propósito de impedir que sus seguidores continúen a cargo de la gestión.
El general Ferrer indicó que cerca de 350 milicianos leales al clan Ampatuan fueron desarmados por soldados apoyados en su misión por vehículos blindados.
La rendición se produjo tres días después de que cerca de un centenar de pistoleros secuestrasen a unos sesenta civiles cuando se dirigían a formalizar la candidatura a gobernador de Maguindanao de Ismail Mangudadatu, quien pretendía el cargo que ha ocupado el patriarca del clan Ampatuan desde que Arroyo asumió la presidencia de Filipinas, hace ocho años.
A las pocas horas de que se cometiera la matanza, los militares empezaron a descubrir fosas con cadáveres, incluidos de personas decapitadas o mutiladas, y mujeres con señales de haber sido violadas antes de ser asesinadas.
Entre las 57 víctimas localizadas hasta el momento, figuran al menos 24 periodistas de medios locales.
El ministro del Interior, Renato Puno, rechazó las críticas que la oposición y la opinión pública han dirigido al Gobierno de Arroyo, por considerar que está dando un trato especial al principal sospechoso de la matanza.
"Si Andal hijo no hubiera subido al helicóptero, el Ejército y la Policía habrían actuado", dijo el ministro en una rueda de prensa.
A seis meses de las elecciones, la matanza ha levantado fuertes críticas contra la presidenta Arroyo, sobre quien dicen que tolera que el país continúe siendo estrangulado por los clanes o dinastías políticas, a las que pertenecen 160 de los 265 legisladores del actual Congreso.
Al igual que en comicios anteriores, se percibe que la violencia política en Filipinas aumentará a medida que se aproxime la campaña electoral de las legislativas de mayo, en las que se decidirán más de 18.000 cargos nacionales, provinciales y municipales. EFE
Andal Ampatuan, alcalde de una pequeña localidad e hijo del mayor cacique de la región del sur de la isla de Mindanao, fue entregado a Jesús Dureza, el principal asesor de la presidenta del país, Gloria Macapagal Arroyo, por miembros de su propio clan, hasta ahora aliado del Gobierno.
La entrega del sospechoso, que apareció con la cabeza tapada por un turbante y acompañado de su hermano Zaldi Ampatuan, gobernador de la Región Autónoma Musulmana de Mindanao, se efectuó en la sede del gobierno provincial, en la ciudad de Shariff Aquak, acordonada horas antes por decenas de soldados y policías.
Unos minutos después el detenido fue trasladado en helicóptero a la ciudad vecina de General Santos, desde la que viajó a Manila escoltado por efectivos de las fuerzas de seguridad para ser puesto a disposición de la Justicia, indicó el general Raimundo Ferrer, jefe de la comandancia militar provincial.
También cinco oficiales de la Policía fueron trasladados a Manila en otro avión para ser investigados por su presunta implicación en la matanza, que llevó al Gobierno a declarar el estado de excepción en dos provincias de la isla, y en la ciudad de Davao, en la que residen miembros de los dos clanes rivales.
A primeras horas de la mañana y cuando proseguía la negociación para la entrega del presunto cabecilla, el director de la Policía Nacional, Jesús Verzosa, anunció la detención de veinte supuestos sicarios del clan de los Ampatuan.
En la misma operación, las fuerzas de seguridad se hicieron con el control del edificio de la gobernación de Maguindanao y de los ayuntamientos de Shariff Aguak y Ampatuan, ciudad que lleva el nombre del clan, con el propósito de impedir que sus seguidores continúen a cargo de la gestión.
El general Ferrer indicó que cerca de 350 milicianos leales al clan Ampatuan fueron desarmados por soldados apoyados en su misión por vehículos blindados.
La rendición se produjo tres días después de que cerca de un centenar de pistoleros secuestrasen a unos sesenta civiles cuando se dirigían a formalizar la candidatura a gobernador de Maguindanao de Ismail Mangudadatu, quien pretendía el cargo que ha ocupado el patriarca del clan Ampatuan desde que Arroyo asumió la presidencia de Filipinas, hace ocho años.
A las pocas horas de que se cometiera la matanza, los militares empezaron a descubrir fosas con cadáveres, incluidos de personas decapitadas o mutiladas, y mujeres con señales de haber sido violadas antes de ser asesinadas.
Entre las 57 víctimas localizadas hasta el momento, figuran al menos 24 periodistas de medios locales.
El ministro del Interior, Renato Puno, rechazó las críticas que la oposición y la opinión pública han dirigido al Gobierno de Arroyo, por considerar que está dando un trato especial al principal sospechoso de la matanza.
"Si Andal hijo no hubiera subido al helicóptero, el Ejército y la Policía habrían actuado", dijo el ministro en una rueda de prensa.
A seis meses de las elecciones, la matanza ha levantado fuertes críticas contra la presidenta Arroyo, sobre quien dicen que tolera que el país continúe siendo estrangulado por los clanes o dinastías políticas, a las que pertenecen 160 de los 265 legisladores del actual Congreso.
Al igual que en comicios anteriores, se percibe que la violencia política en Filipinas aumentará a medida que se aproxime la campaña electoral de las legislativas de mayo, en las que se decidirán más de 18.000 cargos nacionales, provinciales y municipales. EFE
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