El excomandante militar de los serbios de Bosnia, acusado de genocidio, fue capturado en la aldea de Lazarevo, en la casa de un pariente.
El interrogatorio del presunto criminal de guerra serbio Ratko Mladic, detenido el jueves en el norte de Serbia, se reanudó hoy en Belgrado tras quedar suspendido anoche por su mal estado de salud.
Asiste al interrogatorio, iniciado en torno a las 13.00 hora local (11.00 GMT) en el edificio del departamento especial de crímenes de guerra del Tribunal de Belgrado, también el abogado defensor de Mladic, Milos Saljic.
Según las leyes serbias, el juez de instrucción deberá decidir si se dan las condiciones para la extradición del acusado al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), en La Haya.
Se da por hecho que se procederá a la extradición, pero el proceso podría prolongarse una semana si la defensa de Mladic recurre la decisión judicial.
Mladic, excomandante militar de los serbios de Bosnia, acusado de genocidio, fue capturado ayer en la aldea de Lazarevo, en el norte de Serbia, en la casa de un pariente.
Los familiares más próximos de Mladic, su esposa Bosiljka y su hijo Darko, visitaron al acusado hoy por primera vez tras su arresto, en las dependencias del tribunal belgradense.
La visita se prolongó durante unas dos horas, según informó la agencia de noticias serbia Tanjug.
Saljic aseguró que la esposa y el hijo de Mladic expresaron ayer su satisfacción tras el arresto porque pensaban que el exgeneral estaba muerto hace tiempo.
Hoy, el abogado informó de que el hijo visitó la semana pasada unos parientes con motivo de una fiesta familiar en la misma aldea en que fue detenido Mladic, pero que no se había reunido con él ni sabía que su padre se encontraba allí.
"No tuvo ningún contacto, no podía suponer que su padre estaba tan cerca", dijo, y señaló que la familia de Mladic no tenía ningún contacto con él.
"Mladic tiene tanto afecto a sus familiares que nunca se permitiría exponerlos al riesgo de que se revelase que tenía algún contacto con ellos", señaló el letrado.
-EFE-
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