Temporal de polvo redujo de forma significativa visibilidad. Tejados, vehículos y calles despertaron cubiertos por polvo del desierto Gobi. Vientos superan los 100 kilómetros por hora.
Una densa tormenta de arena del desierto del Gobi que llevaba semanas avanzando desde el noroeste de China llegó hoy a Pekín con potentes vientos y toneladas de tierra amarilla que a estas horas cubren la capital china.
Según informó el Buró de Protección Ambiental, la tormenta llegó a Pekín en las últimas 24 horas y es una de las peores que recuerdan los locales, con densidades de más de 1.500 microgramos de gránulos por metro cúbico.
Wang Xiaoming, funcionario del buró ambiental municipal, señaló a la agencia de noticias Xinhua que la tormenta llegó a Pekín a medianoche, que avanza en dirección sureste y que en la mañana de hoy la densidad era superior a mil microgramos por metro cúbico.
El temporal de polvo ha reducido de forma significativa la visibilidad, aunque no ha causado graves problemas en las carreteras ya que la población ha decidido quedarse en casa aprovechando el sábado y por recomendación de las autoridades chinas, ya que esta densidad de polvo es nociva para la salud.
Pekín registra hoy un nivel de contaminación máximo, con una concentración de partículas de entre 300 y 500, lo que se considera muy peligroso para la salud humana, según los controles de polución situados en el centro de la capital.
Los tejados, los vehículos y las calles amanecieron cubiertos del polvo del Gobi que durante semanas ha recorrido las regiones de Mongolia Interior, Xinjiang y Ningixa y las provincias tibetanas de Gansu y Qinghai, en el noroeste del país asiático, transportado por vientos de gran potencia.
"Las tormentas de arena de esta densidad eran frecuentes en las décadas de 1980 y 1990. Pero no recuerdo una así desde hace dos o tres años", explicaba un jubilado de Pekín, Song Xiurong, a la agencia de noticias Xinhua.
Los vientos que se registran a estas horas en algunas partes de la capital china alcanzan hasta los 100 kilómetros por hora.
EFE
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