Compró la embarcación por 500 millones de dólares mientras que impulsa en su país reformas para ajustar la economía tras la caída del precio del petróleo.
El príncipe Mohammed Bin Salmán, miembro de la familia real de Arabia Saudita es seriamente cuestionado por los civiles en su país por impulsar una política de austeridad económica y a la par llevar una vida llena de lujos y exentricidades.
La última gran adquisición de la autoridad ha sido un yate lujoso de 500 millones de dólares que le vendió un magnate ruso mientras vacacionaba al sur de Francia, según The New York Times. La operación duró solo unos minutos, el ruso dejó su embarcación y el pago se hizo inmediatamente.
Este príncipe ha impulsado, a su vez, las medidas de austeridad más fuertes durante la época de la baja en el precio del barril de petróleo, principal sustento económico de ese país. Impusó recortes en el presupuesto del Estado, rebaja de sueldos a empleados civiles y congeló contratos del gobierno.
Sin embargo, según el diario norteamericano, hay una corriente de indignación en el país por la "descarada extravagancia" del descendiente de la dinastía árabe. A esto se suma la constante disputa por el trono con su primo, el príncipe Mohammed Bin Nayef.
El conflicto de Yemen, los bajos precios del petróleo y las medidas económicas han generado una situación complicada que genera críticas a quienes manejan el poder. Muestra de esta inestabilidad es la ejecución de un príncipe con el que también disputaban el poder.
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