Cientos de guardaespaldas vigilan a Vladimir Putin y revisan hasta lo que come o toma. Las medidas de protección para el mandatario crecieron tras el inicio de la guerra en Ucrania.
La seguridad de Vladimir Putin es primordial y un asunto de estado para los rusos. Desde que inició la invasión a Ucrania se ha tomado cualquier precaución para garantizar su integridad: desde vigilancia las 24 horas del días hasta la supervisión de todo alimento o bebida que vaya a tomar el mandatario.
Según la BBC, entre los múltiples servicios de seguridad existentes, hay uno que está dedicado exclusivamente a proteger a Putin y su familia: el Servicio de Seguridad Presidencial de Rusia. Este grupo especial depende del Servicio Federal de Protección de Rusia (FSO) y también protege a otros funcionarios de alto rango.
"A Vladimir Putin no le gustan los helicópteros; se suele trasladar con una caravana masiva, con motociclistas, muchos autos grandes negros, camiones, etc. Para este tramo, se bloquea cualquier dron que pueda haber en el espacio aéreo y se detiene el tráfico", explicó Mark Galeotti, experto en seguridad rusa y director de Mayak Intelligence, una consultora que se dedica a analizar los asuntos de seguridad de este país.
Cada paso que da el presidente de Rusia es vigilado de cerca por cientos de guardaespaldas que lo acompañan las 24 horas del día. Su comida es preparada sigilosamente y todo lo que bebe debe ser chequeado previamente por sus asesores más cercanos.
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