"El Gobierno de facto (...) tuvo otro fracaso al querer hacer que yo depusiera mi cargo", señaló el depuesto mandatario refugiado desde hace tres meses en embajada de Brasil en Tegucigalpa.
El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, manifestó que desistió de abandonar su encierro en la embajada de Brasil para viajar a México porque el régimen de facto hondureño quería obligarlo a que "renunciara" al poder.
México pidió un salvoconducto el miércoles para que Zelaya viajara a ese país como huésped, lo que fue rechazado por el régimen de facto, que dijo que sólo aceptará que salga de Honduras como asilado, lo que implica que renuncie a la Presidencia.
"El gobierno de facto (...) tuvo otro fracaso al querer hacer que yo depusiera mi cargo (...), querían que yo renunciara", declaró Zelaya a radio Globo.
Viajar como asilado implicaría una renuncia de Zelaya, cuyo mandato constitucional culmina el 27 de enero, mientras que al ir como huésped conservaría, al menos nominalmente, su condición de gobernante.
"Yo puedo estar aquí diez años (en la embajada), aquí tengo mi guitarra", añadió el mandatario, refugiado en la legación diplomática desde hace casi tres meses.
La canciller mexicana, Patricia Espinosa, admitió que en este momento las condiciones para que Zelaya vaya a México "no están vigentes".
"Por el momento, después de haber tenido una conversación telefónica anoche (miércoles) con el presidente Zelaya, todo parece indicar que las posibilidades de que este traslado se dé no están vigentes", dijo Espinosa.
En tanto, un avión del gobierno de México que fue enviado a El Salvador para trasladar desde Honduras a Zelaya abandonó este jueves territorio salvadoreño.
AFP
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