Estas imputaciones dieron pie a violentos enfrentamientos entre la Policía y manifestantes contrarios al mandatario.
Uhuru Kenyatta fue reelegido como presidente de Kenia entre acusaciones de amaño por parte de la oposición que dieron pie a violentos enfrentamientos entre la Policía y manifestantes contrarios al mandatario.
Kenyatta consiguió un 54% de los votos frente al 44% logrado por su máximo rival, Raila Odinga, líder de la coalición Súper Alianza Nacional (NASA), quien mantiene que los comicios han sido un fraude urdido a través de un ataque informático a los servidores del centro de datos de la comisión electoral.
Según el recuento de la NASA, elaborado a través de una supuesta fuente confidencial que ha filtrado los "verdaderos" datos, Odinga habría ganado con un 50,13% de los votos.
Siguiendo esta consigna, una hora antes de que se hicieran públicos los datos oficiales la coalición anunció que no reconocería los resultados y que tampoco acudiría a la justicia, porque no representaba una opción realista.
El anuncio de sus líderes puso en alerta a miles de seguidores por todo el país, que un instante después del anuncio de la victoria de Kenyatta salieron a la calle a manifestarse, especialmente en los suburbios de Kibera y Mathare (feudos de Odinga en Nairobi) y en la población de Kisumu.
En la calle les esperaba un fuerte dispositivo policial que usó munición real y gas lacrimógeno para intentar dispersar cualquier conato de protesta, dando lugar a violentos enfrentamientos con lanzamientos de piedras, neumáticos ardiendo y barricadas.
En Kisumu (al oeste del país), la situación era similar: policías disparando contra manifestantes que huían para ponerse a salvo. Apenas existe información de lo sucedido en los principales focos de los disturbios, aunque se teme que haya numerosas víctimas mortales. (EFE)
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