Los policías a los que hasta el 2015 trataban de hacer volar por los aires se convirtieron en los anfitriones de su enlace.
Ante la prohibición de matrimonios en las filas de su grupo maoísta, una pareja de insurgentes indios abandonó las armas por amor y el fin de semana sellaron su idilio en una inusual boda con más de 10.000 invitados, en la que la Policía, a la que pronto se integrarán, hizo de anfitriona.
Hasta hace poco, Koshi Markam era guerrillera rasa de un grupo maoísta y su ya esposo, Lakshman Podiyal, subcomandante en una formación del mismo tinte en una localidad severamente golpeada por la insurgencia en el estado de Chhattisgarh, en el este de la India.
"Antes luchábamos contra la Policía y luchábamos por los maoístas. Nuestros superiores no aprobaron nuestro amor, así que nos entregamos y ahora la Policía nos ha casado", explicó Podiyal a periodistas ante el interés mediático generado.
En uno de los dos tipos de guerrillas maoístas que operan en Chhattisgarh, concentrado en las áreas fronterizas con el vecino estado de Andhra Pradesh, los matrimonios están permitidos, explicó a Efe el superintendente de la Policía de Jagdalpur, donde tuvo lugar la boda, R.N. Dash.
No obstante, Markam y Podiyal pertenecían a los denominados maoístas "locales", a los que se les prohíbe casarse y en muchos casos son sometidos a vasectomías o métodos similares en el caso de las mujeres, agregó.
En esta encrucijada, ambos escogieron el amor sobre la lucha y recientemente depusieron las armas para unirse en matrimonio.
Se unirán a la policía
Los policías a los que hasta 2015 trataban de hacer volar por los aires se convirtieron el pasado sábado en anfitriones de su enlace, en una multitudinaria ceremonia en la que no faltaron coloridos trajes, tamborileros y bailes, según muestran imágenes difundidas por medios locales.
Ella, envuelta en un llamativo sari rosa y verde, y él, ataviado con un tradicional turbante fucsia a juego con el de un grupo de invitados, estuvieron acompañados de más de 10.000 personas, según detalló el superintendente policial.
Muchos de los asistentes eran policías, algunos presentes como invitados y otros de servicio para velar por la "seguridad" durante las celebraciones, agregó.
La Policía adoptó, además, un papel generalmente reservado a las familias y ayudó en la organización del evento por parte del novio, mientras que la chica fue apoyada por la ONG Samajik Ekta Manch.
Y es que los recién casados están "siendo reclutados" y pronto pasarán a formar parte de las filas de las fuerzas de seguridad.
El inspector general de la Policía de Bastar, distrito al que pertenece Jagdalpur, S.R. Kalluri, indicó a Efe que la iniciativa forma parte de una política de rehabilitación por la que se ofrecen puestos policiales a eximaoístas en base a sus "méritos". Muchos de ellos, dice, son ahora agentes y algunos, incluso, han alcanzado rangos superiores.
"El mensaje que queremos enviar es que si (los maoístas) quieren abandonar las armas, serán bienvenidos", sentenció el inspector general sobre la boda de este fin de semana. EFE
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