Las denuncias de abusos sexuales que remecen a la Iglesia católica en Chile

La Iglesia chilena enfrenta una ola de denuncias de abusos sexuales que ha llevado al papa Francisco a preparar una completa reestructuración del clero chileno. A continuación las claves para entender el caso.

Karadima, el caso que detonó todo

Fue durante varias décadas uno de los sacerdotes chilenos más influyentes en la élite del país y la Iglesia chilena. A cargo de la exclusiva iglesia de El Bosque, en el oriente de Santiago, el sacerdote Fernando Karadima abusó de varios jóvenes que acudían a él en busca de orientación.

Reconocido formador de sacerdotes que hoy ocupan cargos dentro de la Iglesia chilena, tuvieron que pasar muchos años para que el Vaticano finalmente lo condenara en 2011 a "retirarse a una vida de oración y penitencia", por el delito de "abuso de menor", aunque logró librarse de la justicia chilena, que archivó el caso al considerarlo prescrito.

James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo son sus víctimas más reconocidas y quienes no han vacilado en denunciar sus abusos junto al encubrimiento de sus actos por parte de varios obispos chilenos, entre ellos el jerarca de la diócesis de la ciudad de Osorno, Juan Barros. Hace tres semanas, el papa convocó a Roma a Hamilton, Cruz y Murillo, en el inicio de una serie de ronda de testimonios que incluyó también una reunión con 34 obispos chilenos.

"La familia"

El viernes pasado en un reportaje de Canal 13 salieron a la luz los abusos a menores realizados durante años por un grupo de sacerdotes de la ciudad de Rancagua, a unos 90 km al sur de Santiago, y sus alrededores, que se hacían llamar "La Familia". Este martes, la Iglesia chilena suspendió a 14 sacerdotes, integrantes de este grupo secreto.

El caso fue destapado por Elisa Fernández, excoordinadora de la pastoral juvenil de la diócesis de Rancagua, quien se creó un perfil falso de Facebook de una niña de 16 años para atrapar a uno de los sacerdotes, quien le envió mensaje y fotografías eróticas. Fernández dijo haber entregado hace más de un año los antecedentes al obispo de Rancagua, Alejandro Goic, sin que éste adoptara ninguna medida.

Maristas

"Viví un eterno juego perverso", denunció en febrero pasado a la agencia AFP el médico Jaime Concha, uno de los principales acusadores de los abusos cometidos por sacerdotes en colegios de la Congregación Marista en Chile.

El arzobispo de Malta Charles Scicluna, enviado especial del papa el pasado febrero para escuchar las denuncias de encubrimiento contra el obispo Barros, amplió las audiencias a las víctimas de pederastia en colegios de la congregación Marista, que inicialmente no estaban en su agenda.

En agosto del año pasado, después que comenzaron a hacerse públicas las denuncias de abusos, la propia Congregación de Hermanos Maristas de Chile presentó una denuncia ante la Fiscalía chilena contra del sacerdote Abel Pérez, acusado de haber abusado sexualmente de 14 menores en dos colegios pertenecientes a la orden. El religioso fue separado de toda actividad con niños y enviado a una residencia de la comunidad en Perú, según medios locales. Hoy la justicia investiga más de 30 denuncias y la eventual culpabilidad de siete religiosos de la congregación.

Una estructura de poder

El papa Francisco prepara una completa reestructuración de la Iglesia chilena, acusada de haber albergado durante años una estructura que permitió la pederastia. A inicios de año, antes de la visita que el papa Francisco realizó a Chile, la oenegé estadounidense Bishop Accountability -que desde 2003 se dedica a publicar los archivos de abusadores dentro de la Iglesia católica- difundió una lista con nombres y antecedentes de casi 80 clérigos que abusaron de menores en Chile.

"Es un tema de estructura del poder que ha permitido todos estos abusos", denunció este miércoles en rueda de prensa el sacerdote Eugenio de la Fuente, quien a inicios de junio será recibido por el papa junto a otras ocho víctimas de abusos de "conciencia" por parte del cura Karadima. (AFP)