La salud de Liu Xiaobo se ha resquebrajado a causa del cáncer de hígado terminal que padece.
El nobel de la Paz chino, el renombrado intelectual y disidente Liu Xiaobo, agoniza en la cama de un hospital bajo fuertes medidas de seguridad, mientras la propaganda oficial trata de minimizar el caso y contrarrestar las crecientes críticas internacionales.
El centro hospitalario donde Liu está ingresado comunicó que el disidente se encuentra "en estado crítico", tras haber sufrido un fallo respiratorio después de que ayer ya se informara de que padecía un fallo multiorgánico a causa del cáncer hepático en fase terminal que le diagnosticaron.
"El hospital está intentando salvar su vida por todos los medios", precisa el último y breve parte médico publicado. Los doctores chinos consideran que Liu necesita ventilación mecánica pero, según la versión oficial, la familia se ha negado a intubarle.
De momento, es extremadamente difícil confirmar la versión de las autoridades, pues el reducido grupo de familiares que acompaña al disidente en el hospital -entre ellos, su esposa Liu Xia- está estrictamente controlado por las fuerzas de seguridad.
Ye Du, un amigo de la familia, y otros allegados siguen de cerca la única fuente de información sobre el estado de salud de Liu mientras continúan reclamando a las autoridades que liberen al nobel para que pueda cumplir su último deseo: buscar ayuda médica en el extranjero y, en el caso de morir, hacerlo en un país libre.
Presión internacional. Diplomáticos occidentales siguen en contacto con el Gobierno chino para cumplir con la voluntad del nobel de la Paz, que quiere tratarse fuera de China, confirmaron fuentes cercanas a las conversaciones, al mismo tiempo que se incrementan las peticiones a nivel público.
De momento, el régimen no parece responder. En la rueda de prensa diaria del Ministerio de Exteriores, la única en la que se permiten preguntas de forma abierta todos los días, el encargado de atender a los medios se limita a repetir la misma frase.
"Espero que los países correspondientes respeten la soberanía judicial de China y no utilicen casos individuales para interferir en los asuntos internos de China", insistió el portavoz de turno, Geng Shuang, ante la insistencia de la prensa y después de que la Embajada alemana en Pekín criticara la gestión oficial del caso. (EFE)
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