Fernando Merchán, de 58 años, que trabajaba en el Edificio Equus 66, fue hallado muerto el pasado 9 de diciembre en su casa.
Las autoridades colombianas determinaron que la muerte el pasado 9 de diciembre del vigilante del edificio de Bogotá en donde apareció violada y asesinada la niña Yuliana Andrea Samboní, de siete años, fue un suicidio por hipoxia severa.
"Se concluye que la causa de la muerte obedece a una situación de hipoxia severa, que significa falta de oxígeno", indicó el director del Instituto Nacional de Medicina Legal, Carlos Valdés, en rueda de prensa.
El vigilante Fernando Merchán, de 58 años, que trabajaba en el Edificio Equus 66, ubicado en un acomodado sector de Bogotá, apareció muerto en su vivienda del barrio El Tintal, en el suroeste de la capital colombiana.
La hipoxia severa, precisó Valdés, "es una causa secundaria de un estado de anemia aguda producto de lesiones por elemento cortante; depresión neurológica medicamentosa al haberse hallado en sangre el medicamento Trazodona, que es un antidepresivo, y asfixia posicional".
Medicina Legal aclaró también que "con respecto a la manera de la muerte se logró determinar que fue violenta, tipo suicidio". El cuerpo de Merchán fue encontrado el pasado viernes por su hija en el baño de la vivienda con cortes en las muñecas y el cuello.
En la habitación del vigilante fue hallada una carta con la que aseguraba ser "inocente" y expresaba su temor de "volver a la cárcel", lo cual despertó sospechas sobre su posible participación en el crimen de la niña, que por su brutalidad ha conmocionado al país.
Yuliana Andrea Samboní fue secuestrada el pasado 4 de diciembre de una humilde zona de Bogotá, cuando jugaba afuera de su casa, y conducida en una camioneta a un apartamento del edificio en donde trabajaba Marchán, quien se encontraba de turno. (EFE)
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