Esta insólita escena fue grabada por un equipo de expedición de Estados Unidos que se encontraba buscando los restos de un naufragio de la Segunda Guerra Mundial, frente a las costas de Carolina del Norte.
Un equipo de expedición de Estados Unidos que buscaba los restos de un naufragio de la Segunda Guerra Mundial frente a las costas de Carolina del Sur capturó un espectáculo único: un grupo de tiburones devoraba un pez espada, pero curiosamente los depredadores serían presa de otro animal más grande.
El equipo Windows to the Deep 2019 de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) se hallaba a 450 metros de profundidad. Durante su tránsito se topó con corales, esponjas y peces pequeños hasta que desfiló ante sus ojos una escena inesperada.
“No puedes planear ver este tipo de cosas, especialmente en las profundidades del océano. Al pasar suficiente tiempo bajo el agua y al estar preparado para lo inesperado, puedes tropezar con escenas que se repetirán en tu mente una y otra vez durante toda la vida”, escribieron los buzos en su blog.
Al acercarse, las luces revelaron el cadáver de un pez espada, de aproximadamente 2.5 metros de largo que estaba tendido en el fondo marino con al menos 11 tiburones dando vueltas y alimentándose "vigorosamente" con la piel y el tejido muscular.
Los investigadores afirman que el pez espada falleció recientemente dada las condiciones de su cuerpo y que la causa de la muerte puede ser la edad, una enfermedad o alguna lesión. No había un azuelo o rastro visible de línea de pesca que sugiriera una captura perdida.
“Como depredadores relativamente pequeños, pasan mucho tiempo buscando presas. Cuando se produce una gran caída de alimentos, como un pez espada de 250 libras o más, la capacidad de detectar y ubicar los alimentos, y luego maximizar la ingesta de alimentos, es la clave para el crecimiento y la supervivencia”, destacaron.
Sin embargo mientras duraba el festín, apareció de pronto un pez grande, de aspecto robusto y ojos globosos. Se trataba de un mero de gran tamaño, una especie solitaria y territorial que puede medir desde los 10 cm hasta los 3 metros.
El animal se escondió bajo el vehículo de control y después se tragó a un tiburón vivo de un solo bocado. El hecho causó asombro entre los buzos y compartieron el video en su cuenta de Facebook.
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