Si bien el republicano y la demócrata son los amplios favoritos en los comicios, hay otros postulantes que este 5 de noviembre aspiran a llegar a la Casa Blanca.
Este martes, 5 de noviembre, Estados Unidos elige al sucesor de Joe Biden, en unas elecciones muy reñidas -según las últimas encuestas-, entre el republicano Donald Trump y la demócrata y actual vicepresidenta, Kamala Harris.
El favoritismo de ambos personajes hace pensar en que las elecciones en Estados Unidos se deciden entre solo dos opciones. Pero esto dista mucho de la realidad, ya que hay varios candidatos más, aunque con muy poco arraigo popular y, hay que decirlo, nulas opciones de llegar a la Casa Blanca.
Uno de ellos es Chase Oliver, candidato del Partido Libertario, que ha logrado estar presente en 47 de los 50 estados de EE.UU., esto luego de superar las distintas leyes estatales para poder presentarse.
“Es muy evidente lo difícil que puede ser presentarse como candidato fuera del sistema bipartidista. Se crean toneladas de barreras que dificultan llegar a las urnas”, comentó a la agencia EFE.
Oliver logró recaudar 440 mil dólares para su campaña, una cifra risible si la comparamos con los mil millones que han recaudado y gastado Trump o Harris.
Por su lado, Claudia de la Cruz, del Partido Socialismo y Liberación (PSL), estará en 21 estados. En diálogo con la agencia EFE, la postulante cuestionó la dura legislación electoral en Estados Unidos.
“El Partido Demócrata este ciclo electoral ha apartado 100 millones de dólares solamente para batallas legales para que los partidos de tercera línea no puedan participar”, sostuvo.
“Hay una devoción de recursos de todo tipo desde el Partido Demócrata y el Partido Republicano para no tener esa presencia de partidos independientes dentro de los espacios de votación ni de los espacios de debate”, añadió.
Otros candidatos minoritarios son Cornel West, quien inició campaña como postulante del Partido Verde, pero luego renunció para presentarse como independiente. Tras su dimisión, la candidatura del Partido Verde recayó en Jill Stein, quien fue directora de campaña de West.
Un caso especial es el del también independiente Robert F. Kennedy Jr., que renunció a su candidatura en agosto pasado, para apoyar a Donald Trump. Sin embargo, debido a que no retiró su postulación a tiempo, aún aparecerá en las cédulas de sufragio en varios estados.
¿Estas candidaturas minoritarias influyen en el resultado final?
En una elección tan reñida como la actual, ¿es posible que estas candidaturas minoritarias influyan en el resultado final? Thomas Whalen, profesor de Ciencias Sociales de la Universidad de Boston, resaltó que estas postulaciones “históricamente han marcado la diferencia”.
Al respecto, el especialista recordó el rol que jugó Ralph Nader en los comicios del 2000. “Aunque recibió solo el 1 % de los votos en Florida, eso fue suficiente para inclinar la balanza a favor de George W. Bush, que superó por poco a Al Gore en el Colegio Electoral y ganó la Casa Blanca”, resalto a la agencia EFE.
Algo similar ocurrió con Ross Perot, que en 1992 le quitó suficientes votos a George H.W. Bush para permitir la victoria de Bill Clinton. En un caso más reciente, la hoy candidata verde, Jill Stein, fue clave para la derrota de la demócrata Hillary Clinton, en 2016.
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