Andrew Pollack, progenitor de una de las víctimas del ataque en Florida, aseguró que no descansará hasta que se resuelva el problema de seguridad.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, escuchó este miércoles los duros testimonios de una veintena de personas afectadas por varios tiroteos en el país, entre ellos supervivientes del ataque de la semana pasada en Florida.
"Estamos aquí porque mi hija no tiene voz. La asesinaron la semana pasada y la arrebataron de nosotros, le dispararon nueve veces", dijo enojado Andrew Pollack, cuya hija Meadow estuvo entre las 17 víctimas mortales del tiroteo del 14 de febrero en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland (Florida).
"¿Cuántas escuelas más?, ¿cuántos niños más tienen que ser asesinados? Esto se acaba aquí, con este Gobierno y conmigo (...) No voy a descansar hasta que esto se arregle. Y, señor Presidente, vamos a arreglarlo”, dijo increpando directamente a Trump. El mandatario solamente lo escuchaba en silencio.
Pollack también afirmó que como país están fracasando en la seguridad de los niños. “No podemos subir a un avión con una botella de agua, pero dejamos que un animal entre a una escuela y mate nuestros niños".
“Y estoy enojado, porque a mi hija no la voy a volver a ver. Ella no está aquí, está en el Cementerio King David. Ahí es donde iré a ver a mi hija ahora", añadió Pollack, alzando la voz.
Dirigiéndose a los familiares de víctimas, Trump respondió: "Ustedes están pasando por un enorme dolor y no queremos que otras personas pasen por el mismo dolor".
"Vamos a trabajar muy duro, este tema es muy difícil, muy complejo, pero vamos a encontrar una solución", garantizó el mandatario.
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