Desde la victoria de Trump en las elecciones presidenciales de 2016, Kushner se tornó una pieza central en el equipo más próximo del mandatario estadounidense.
El empresario Jared Kushner, yerno y asesor personal del presidente estadounidense Donald Trump, es una de las grandes figuras de la Casa Blanca. Casada con Ivanka en 2009, la hija mayor del republicano, el multimillonario, de 36 años, hizo su fortuna gracias al negocio inmobiliario y entró a él por herencia paterna.
Hijo del magnate inmobiliario Charles Kushner, Jared se hizo cargo de los negocios de su padre después de que este fuera a la cárcel por evasión fiscal, represalias contra testigos y contribuciones ilegales a campañas políticas.
Imperio inmobiliario. Desde 2012, su empresa, Kushner Companies, ha comprado más de 100 grandes propiedades en Nueva York y New Jersey y se ha expandido a Filadelfia, Baltimore, Kansas City y Chicago. Además, es dueño del rascacielos ubicado en el 666 de la Quinta Avenida, una de las zonas mejor cotizadas de todo Manhattan (Nueva York). Pagó por el edificio 1,800 millones de dólares.
Jared Kushner formó parte del equipo de consejeros de Trump durante la campaña electoral presidencial y algunos medios lo consideraron uno de los arquitectos de la campaña de medios de comunicación de su suegro.
Su papel en las elecciones. Su silencio durante el periodo electoral en EE.UU. lo rompió con una carta publicada en el New York Observer, medio del que es propietario, defendiendo al magnate neoyorquino después de que este compartiera en Twitter un montaje de Hillary Clinton con una estrella de David y fajos de billetes para acusarla de corrupción.
El empresario está siendo inquirido por sus contactos con Rusia. De hecho, él ha negado ante la comisión de Inteligencia del Senado haber coludido con funcionarios rusos durante la campaña a las elecciones de 2016.
Investigado por la "trama" rusa. Sin embargo, admitió haber tenido contactos con el entonces embajador ruso Sergei Kislyak y otros funcionarios de Moscú durante la pasada campaña electoral estadounidense, calificándolos como algo normal en su rol de enlace del equipo de Trump con gobiernos extranjeros.
Los vínculos con Rusia ya le costaron el puesto a dos importantes asesores de Trump: su jefe de campaña, Paul Manafort, quien tuvo que renunciar en agosto del 2016, y su primer asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, quien dimitió en febrero pasado.
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