Una docente universitaria denunció públicamente al juez conservador Brett Kavanaugh, nominado por el presidente Trump para integrar la Corte Suprema de EE.UU., de haberla agredida sexualmente cuando ambos eran adolescentes.
La acusación de agresión sexual contra el candidato de Donald Trump al Tribunal Supremo de Justicia de Estados Unidos, basada en hechos presuntamente ocurridos hace 36 años, ha desatado una tensión en el panorama político de Estados Unidos por su complejas cuestiones legales y morales.
El nominado por el presidente para este cargo vitalicio, el juez conservador Brett Kavanaugh (53), es acusado por la académica Christine Blasey Ford (51) de agredirla sexualmente cuando ambos eran adolescentes. Kavanaugh, actualmente juez de un tribunal de apelaciones, lo niega enérgicamente. Ambos han aceptado declarar sobre este asunto ante un comité del Senado.
Los abogados de Blasey Ford enviaron una carta a los senadores donde señalaban que ella "acepta el pedido del comité del Senado de hacer conocer de primera mano sus acusaciones de agresión sexual contra el juez Brett Kavanaugh la semana próxima".
La docente universitaria acusa a Kavanaugh de haberla agredido una noche, junto a otro joven, en los años 1980, cuando ambos hombres estaban "totalmente ebrios", en una ciudad de la periferia de Washington.
El senador Chuck Grassley, presidente de la comisión judicial del Senado, ha señalado que quiere escuchar el testimonio de Blasey Ford. Sin embargo, ambas partes no acordaban la fecha ni las modalidades de cómo iba a declarar.
Lo que se juega es mucho. En caso de que Kavanaugh fuera confirmado en este cargo vitalicio, los jueces progresistas estarán en minoría por un largo tiempo en el máximo tribunal estadounidense, que tiene competencia sobre numerosos temas que dividen a la sociedad, como el derecho al aborto.
Los republicanos pretenden que la votación tenga lugar antes de las elecciones de mitad de mandato de noviembre, en las cuales podrían perder el control del Congreso.
#WhyIDidntReport
Al conocer esta situación donde el tiempo es crucial, el presidente Donald Trump atacó frontalmente a Blasey Ford, a la que cuestionó sobre el silencio que mantuvo sobre el caso durante más de treinta años.
"Si el ataque contra la doctora Ford fue tan terrible como ella cuenta, entonces se habrían resentado cargos de manera inmediata con las autoridades locales", tuiteó el mandatario.
Miles de personas protestaron por la puesta en duda de la palabra de la víctima de parte del ocupante de la Casa Blanca y hablaron públicamente de sus casos, explicando, bajo el hashtag #WhyIDidntReport, por qué no los denunciaron en el momento en que ocurrieron.
"Porque yo tenía 18 años y estaba aterrorizada. Pensaba que no me creerían", tuiteó Gretchen Whitmer, candidata demócrata a gobernadora del estado de Michigan. “Conocía a mi agresor. No quería romperles el corazón a mis padres y tampoco ser definida por el acto violento y criminal de una persona", añadió.
Agresiones sexuales en EE.UU.
Según el Departamento de Justicia, en 2016 cerca de 325.000 personas fueron víctimas de violaciones o de otros actos de agresión sexual, pero apenas 22,9% lo denunciaron a la policía.
El jefe de los senadores demócratas, Chuck Schumer, dijo el viernes que Donald Trump había "despreciado" a una "persona que sobrevivió a un trauma".
"Debemos tratar con respeto a los sobrevivientes de agresiones sexuales, no intimidarlos ni pretender obligarlos a guardar silencio", protestó la legisladora demócrata Dianne Feinstein, integrante de la comisión de justicia del Senado.
En su testimonio, publicado inicialmente en el Washington Post, Blasey Ford explicó que Kavanaugh y un amigo, estando "completamente ebrios", la habían arrinconado en un cuarto, tirado sobre una cama y pretendido desnudarla, antes de que ella lograra escapar. (Con información de Efe y Afp)
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