El cadáver fue encontrado al interior de una casa y además de la rosa, tiene flores en el cabello y un vestido blanco.
El cadáver de una niña muerta hace 145 años y perfectamente conservada en su ataúd, fue encontrado debajo de una casa en San Francisco, Estados Unidos. Casi como una momia moderna, la identidad de la pequeña y las circunstancias en las que perdió la vida son un misterio, pero ha sido bautizada como Miranda. Las imágenes del hecho fueron difundidas en YouTube.
El misterioso descubrimiento. Según informó el San Francisco Gate, el pasado 9 de mayo un grupo de trabajadores se encontraba remodelando la casa cuando en medio de sus excavaciones en el garaje de la casa, se toparon con el ataúd. Tal como se ve en el video compartido en YouTube, este está hecho de plomo y bronce y contenía a la pequeña niña de aproximadamente 3 años, en perfecto estado de conservación y con una rosa en la mano, como se solía enterrar a los niños a fines del siglo XIX,
¿Quién era la niña? Según las características del ataúd y la forma en la que el cadáver fue vestido, todo indica que se trata de la hija de una familia acomodada. La calidad con la que se hizo el féretro y el buen trabajo del enterrador al momento de sellarlo, permitieron que la pequeña se conserve en perfecto estado, su largo cabello rubia adornado por flores de lavanda, un vestido blanco, una llamativa rosa en su mano derecha y hojas de eucalipto a su alrededor. Su identidad es un misterio, pero todo indica que se trata de una de las personas enterradas en al antiguo cementerio Odd Fellows entre 1860 y 1890 (de allí la estimación de su edad), los cuales fueron movidos a una fosa común en Colma en el año 1920, pero que fue dejada atrás por los encargas de la mudanza.
El destino del cadáver. Al hallarse el ataúd debajo de su propiedad, este es legalmente propiedad de Ericka Karner, la dueña de la casa. Según contó la mujer, un enterrador le ofreció 7,000 dólares por la reliquia, mientras que a través de internet, una compañía arqueológica le ofreció 22,000. Sin embargo, ella decidió mandar a construirle una nueva ataúd donde pueda caber el antiguo para volver a enterrar a Miranda. “Es la hija de alguien y de alguna forma es parte de nuestra familia y de la comunidad”, explicó.
Comparte esta noticia