El Ministerio del Interior de Alemania reconoce una amenaza provenientes de protestas de antivacunas, escépticos del nuevo coronavirus y teóricos de la conspiración.
El Gobierno alemán ha confirmado este domingo que ha iniciado los preparativos de respuesta ante posibles ataques contra centros de vacunación, así como fábricas y líneas de transporte de vacunas contra la COVID-19.
El Ministerio del Interior reconoce la existencia de una "amenaza abstracta" debido a "la gran presencia mediática así como a la elevada emotividad" del tema, según una respuesta a una pregunta parlamentaria del partido de Los Verdes.
En la misma, el Ministerio advierte de la posibilidad de que las protestas de antivacunas, escépticos del coronavirus y teóricos de la conspiración puedan descontrolarse y provocar daños a la propiedad, ciberataques e incluso agresiones físicas al personal.
La advertencia se produce después de la entrada en vigor de controles fronterizos más estrictos en Alemania, lo que podría causar retrasos en las importaciones de alimentos frescos.
Alemania ahora exige que las personas que ingresen desde países considerados de muy alto riesgo presenten en la frontera una prueba de PCR negativa para el nuevo coronavirus que no tenga más de 72 horas. Las zonas afectadas son países con una tasa de incidencia de 200 casos por 100.000 habitantes en una semana.
Esto significa que los conductores que importan frutas y verduras frescas de Portugal y España tienen que proporcionar un resultado de prueba, lo que en la práctica era casi imposible, ha explicado Andreas Bruegger, director de la asociación alemana de comercio de frutas.
"Necesitamos un corredor de suministro de frutas y hortalizas frescas también en tiempos de corona (virus), de lo contrario los estantes minoristas estarán vacíos", advirtió Bruegger, y agregó que España suministra el 30 por ciento de las frutas y hortalizas a Alemania.
Bruegger pidió nuevas reglas que fueran consistentes en toda Europa, por ejemplo, los llamados "carriles verdes" recomendados por la Unión Europea, con controles fronterizos simplificados para el transporte de mercancías.
La Policía federal también ha llevado a cabo controles adicionales en el aeropuerto de Frankfurt, el más grande de Alemania, sobre los pasajeros que llegaban de áreas de muy alto riesgo mientras descendían de sus aviones.
(Con información de Europa Press)
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