Mientras que la pequeña vivía con una familia de acogida, su madre se encontraba en tratamiento psicológico, pues había intentado quitarse la vida.
Vanille, una niña de solo un año, fue secuestrada por su madre, Nathalie Stephan (39), en la localidad de Angers (Francia), y fue encontrada muerta el último domingo por la tarde al interior de un contenedor de ropa.
De acuerdo con el fiscal de Angers, Eric Bouillard, la madre de la niña confesó haber asesinado a su hija el pasado viernes, cuando debía entregársela al trabajador social encargado del caso. A pesar de que podía visitar a su hija regularmente, la niña vivía con una familia de acogida, luego de que un juez de menores le quitara la tenencia a su madre.
Las causas del fallecimiento de la menor no han sido todavía determinadas; no obstante, la madre aseguró que la estranguló en un hotel ubicado en Nantes y que abandonó el cuerpo de la pequeña en un lugar al que llegaron las autoridades forenses, según informó el diario Le Parisien.
La muerte de la niña se habría producido entre las 13:00 y 15:00, mucho antes de que se activara el dispositivo de “alerta por secuestro”.
A pesar de que no deseó hablar de las razones que la motivaron a cometer el crimen, se sabía que Nathalie Stephan había estado alojada durante un año en un centro materno de la ciudad para mujeres embarazadas y madres solteras. Además, la mujer se encontraba recibiendo tratamiento psicológico, debido a que intentó suicidarse meses atrás.
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