Con motivo del 80º aniversario del desembarco de Normandía, la habitual congregación de jefes de Estado y de Gobierno occidentales quiso ser una demostración de unidad y fortaleza ante el retorno de una guerra de agresión, la de Ucrania, al continente europeo por primera vez desde 1945.
El 80º aniversario del desembarco de Normandía se convirtió en una advertencia a Rusia y a cualquier "poder oscuro" de que las democracias occidentales están unidas y dispuestas a defender su libertad igual que en 1944.
La habitual congregación de jefes de Estado y de Gobierno occidentales, unos 25 en esta ocasión, quiso ser una demostración de unidad y fortaleza ante el retorno de una guerra de agresión, la de Ucrania, al continente europeo por primera vez desde 1945.
"No podemos plegarnos ante los dictadores", advirtió tajantemente el presidente estadounidense, Joe Biden, en la ceremonia estadounidense en el cementerio de Colleville sur Mer, donde manifestó que "la democracia está más amenazada que nunca".
Biden trazó un paralelismo entre el pasado y el apoyo internacional a Ucrania y dejó clara la postura de su país: "No daremos la espalda a Ucrania. Si le damos la espalda, Ucrania caerá bajo el yugo ruso y luego Europa también caerá".
Macron: "No flaquearemos" en el apoyo a Ucrania
"Gracias al pueblo ucraniano por su valentía, por su amor a la libertad. Estamos aquí y no flaquearemos", afirmó por su parte el presidente francés y anfitrión, Emmanuel Macron, en la ceremonia internacional en la vecina localidad de Saint Laurent sur Mer, ambas en la playa de Omaha.
En una intervención ante 25 líderes internacionales, entre ellos el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, Macron pidió: "ante todos los que quieren cambiar las fronteras por la fuerza para reescribir la historia (...) seamos dignos de los que desembarcaron aquí".
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También advirtió contra "la anestesia y la amnesia que duermen las conciencias" sobre los hechos del pasado y su posible repetición, y proclamó: "por eso estamos aquí este día. Sabemos que la libertad es un combate de cada día".
La asistencia de Zelenski y la no invitación a Rusia por parte de Francia, país organizador de la ceremonia internacional, ya evidenció que este aniversario no sería como los anteriores y que más que una celebración de la paz lograda en 1945 sería una advertencia contra los peligros que la acechan.
Biden advierte contra el aislacionismo
Biden, con un claro punto electoral interno, recordó la situación de su país antes de la Segunda Guerra Mundial y la de ahora, con su rival electoral, Donald Trump, que defiende una postura menos intervencionista en el exterior.
"Hay poderes oscuros, como siempre. Vemos un ejemplo claro en Ucrania, que lucha contra una tiranía que quiere dominarla", advirtió.
"El aislacionismo no es la respuesta. No era la respuesta hace 80 años y no lo es ahora", aseguró el presidente estadounidense, quien insistió en que la OTAN, reforzada con el reciente ingreso de Suecia y Finlandia, "está más unida que nunca".
Macron, como anfitrión, estuvo siempre al lado de Biden, tanto en la ceremonia estadounidense, como en la internacional y entre ambas condecoró con la Legión de Honor a 14 veteranos de la campaña de Normandía.
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Las dos principales ceremonias tuvieron lugar en distintos puntos de la playa Omaha, llamada "la sangrienta" por el elevado número de bajas que sufrieron las unidades estadounidenses que desembarcaron allí, y uno de los cinco puntos en que llegaron los aliados por mar hace 80 años, junto con las de Utah, Gold, Juno y Sword.
Esta playa y el cementerio militar estadounidense situado sobre ella, con 9 338 tumbas de soldados caídos, se trata, según definió Macron, "de uno de los lugares más conmovedores de Francia".
Los más de 156 000 soldados aliados que llegaron el 6 de junio de 1944 por mar y por aire traían "una visión del hombre digno y libre" y "sabían que era una guerra justa", recordó el presidente francés.
La presencia de 15 buques militares de países de la OTAN en las aguas próximas y el sobrevuelo de aviones de combate y transporte, también de varios países de la Alianza, evidenció de forma simbólica la unidad actual de la organización.
Las ceremonias de este año han contado con la presencia de algunos de los veteranos de esa batalla que quedan vivos, sobre todo estadounidenses, unos 200, en el que puede ser el último aniversario importante al que acudan debido a su edad (todos rondan o superan los 100 años).
Por ello, fueron los protagonistas de numerosos homenajes y Macron condecoró a un total de 14 de ellos, todos estadounidenses, con la Legión de Honor en los dos principales eventos.
(Con información de EFE)
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