Desde su controversial discurso en Argentina hasta su curiosa visita a Colombia, Carlos III estuvo en varios países de Latinoamérica durante su etapa como príncipe de Gales.
Carlos III, hoy rey de Gran Bretaña, realizó numerosos viajes a Latinoamérica cuando era príncipe de Gales, que no estuvieron exentos de polémicas, como la motivada por una placa en Colombia o por su discurso en Buenos Aires sobre las Malvinas.
La recién fallecida Isabel II realizó cinco viajes de Estado a América Latina: Panamá, Brasil, Chile y México en dos ocasiones.
Su hijo Carlos, muy interesado en la naturaleza y su conservación, visitó en 2009 las islas Galápagos, en Ecuador, y la Amazonia, y estuvo también en Chile, Uruguay e incluso Argentina, en 1999, diecisiete años después de la guerra de las Malvinas.
En esa visita, a invitación del entonces presidente Carlos Menem, el príncipe heredero jugó a polo, pero sus palabras, durante un discurso, sobre la posición británica respecto a las islas Malvinas, cuya soberanía reclama Argentina, cayeron mal.
"Mi esperanza es que el pueblo de la Argentina moderna y democrática, con su apasionado apego a sus tradiciones nacionales, sea capaz en el futuro de convivir amistosamente con el pueblo de otra democracia moderna, aunque bastante más pequeña, que se encuentra a unos cientos de millas de su costa, un pueblo igual de apasionadamente apegado a sus tradiciones", dijo en referencia al archipiélago de la discordia.
Carlos Rucauf, vicepresidente de la nación argentina en 1999, calificó esas palabras de "intolerables".
Una rana y la guerra de la oreja de Jenkins
El nuevo rey Carlos III tiene incluso dedicada, desde 2012, una nueva especie de rana descubierta en Ecuador, la "Hyloscirtus princecharlesi", en reconocimiento a sus programas de apoyo medioambientales.
En 2014, realizó una visita a Colombia y México acompañado por Camila que dio lugar a una polémica en Cartagena de Indias, por una placa que descubrió en el castillo de San Felipe.
"En memoria del valor y el sufrimiento de todos aquellos que murieron en combate tratando de tomar la ciudad y el fuerte de San Felipe bajo el mando del almirante Edward Vernon en Cartagena de Indias en 1741", rezaba el homenaje.
Al mes de su inauguración, el alcalde de Cartagena ordenó retirarla, poco después de que fuera dañada a martillazos, porque los ciudadanos la consideraban poco menos que un homenaje a "unos piratas", según testimonios recogidos por la prensa entonces.
El asedio en 1741 de Cartagena de Indias por las tropas británicas, repelido pese a la inferioridad de las fuerzas españolas y locales, fue el episodio más destacado de lo que los británicos llaman "la Guerra de la Oreja de Jenkins" (1739-1748), en referencia al capitán británico al que un militar español le cortó la oreja.
"Poner una placa en honor a los ingleses es como si un banco pusiera una placa en honor a los ladrones que se lo robaron. Lo que vino Vernon fue a robar, a saquear a Cartagena, pero no pudo", afirmó, interviniendo en aquella controversia, el gobernador del departamento de Bolívar, Juan Carlos Gossaín, en declaraciones recogidas por el diario El Tiempo.
El tributo estaba cerca de la estatua a Blas de Lezo, quien comandó la respuesta a los británicos. (AFP)
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