El presidente brasileño acusó a los gobernadores de su país de inflar los números de la pandemia y a los médicos de no realizar autopsias y colocar la COVID-19 como causa de muerte sin tener un diagnóstico.
El presidente Jair Bolsonaro dijo estar "con la conciencia tranquila" sobre su papel frente a la pandemia del nuevo coronavirus, que ya deja en Brasil casi 100 000 muertos y tres millones de casos.
"Estamos con la conciencia tranquila. (...) Con los medios que tenemos, podemos realmente decir que hemos hecho lo posible y lo imposible para salvar vidas", afirmó el mandatario de ultraderecha en un evento transmitido en sus redes sociales.
Junto a su ministro interino de la Salud, el general Eduardo Pazuello, Bolsonaro firmó un decreto para la compra de la vacuna contra la COVID-19, en fase de pruebas y desarrollada por el laboratorio AstraZeneca y la Universidad de Oxford.
"Lamentamos todas las muertes, ya está llegando al número 100 000, tal vez hoy, pero vamos a seguir con la vida y a buscar una forma de salir de este problema", dijo más tarde Bolsonaro en su transmisión en vivo de los jueves, también acompañado por el general Pazuello.
En ese directo difundido por sus redes sociales, Bolsonaro acusó a los gobernadores de inflar los números de la pandemia y a los médicos de no realizar autopsias y colocar la COVID-19 como causa de muerte sin tener un diagnóstico.
El presidente dijo haber leído directrices del gobernador del estado de Sao Paulo, Joao Doria, para que "el médico, al no poder constatar en la práctica si es o no COVID, escriba COVID, entonces el número sube", declaró.
"No sé con qué intereses, pero algunos gobernadores han orientado las cosas en esa dirección, llevando más pánico a la población", agregó.
El presidente criticó también a gobernadores y alcaldes por aplicar medidas de cuarentena, acusándolos de ser "dictadores", y los responsabilizó por el aumento del desempleo que, producto de la pandemia, subió a 13,3 % en el trimestre abril-junio, un récord en tres años.
"Casi nueve millones perdieron empleos en el segundo trimestre. (...) Algunos gobernadores y alcaldes tienen esa responsabilidad", afirmó.
Desde el inicio de la pandemia en Brasil, en marzo, Bolsonaro se opuso a las medidas de distanciamiento social. Calificó la COVID-19 de "gripecita" y promovió activamente el uso de la hidroxicloroquina, un medicamento sin comprobación científica de eficacia contra el nuevo coronavirus. (AFP)
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