El mandatario tomó juramento a Eduardo Pazuello, quien asumió el sector Salud brasileño hace cuatro meses, de manera “provisional”, y en uno de los momentos más duros de la pandemia.
El general Eduardo Pazuello fue investido este miércoles como ministro de Salud de Brasil, a cuatro meses de asumir provisionalmente ese cargo, tras la caída de sus dos predecesores que mantuvieron discrepancias con el presidente Jair Bolsonaro sobre el combate de la pandemia de la COVID-19.
"Asumí en el momento más crítico de la pandemia. Tuvimos que cambiar las ruedas con el coche en marcha. La responsabilidad era enorme y dispusimos de total libertad para implementar las políticas necesarias", declaró Pazuello, de 57 años, en una ceremonia llevada a cabo en Brasilia.
Sus dos predecesores, los médicos Luiz Henrique Mandetta y Nelson Tech, fueron sacados del cargo por oponerse a Bolsonaro en lo que respecta a la estrategia para hacer frente al nuevo coronavirus.
Mandetta defendió las medidas de distanciamiento social adoptadas por los estados y municipios, pero criticadas por Bolsonaro debido a su impacto económico. Además, él y Tech, que duró un mes en el cargo, se negaron a recomendar el uso ampliado de la cloroquina y la hidroxicloroquina, medicinas sin eficacia comprobada contra la COVID-19, pero activamente promovidas por Bolsonaro.
Sin embargo, estas desavenencias desaparecieron con Pazuello, quien tras asumir el cargo el 16 de mayo autorizó ampliar el uso de esos medicamentos también a los casos leves, pese a las críticas provocadas en la comunidad brasileña.
En la ceremonia, Bolsonaro volvió a defender su uso, blandiendo en varias ocasiones una caja de comprimidos. “Los estudios ya demuestran que cerca de un 30% de las muertes podrían evitarse con la administración precoz de la hidroxicloroquina”, dijo.
Bolsonaro acusó además a los gobernadores de haber decretado medidas de cuarentena parcial "cediendo al pánico provocado por la prensa".
Brasil es el segundo país con más muertos de la COVID-19 (134 106 hasta este miércoles), después de Estados Unidos; y el tercero con más casos (4,4 millones). La curva de decesos se mantuvo en una interminable meseta de más de mil muertos diarios durante más de dos meses hasta dar señales de reducir su intensidad en las últimas semanas.
En estos meses, Brasil se posicionó como teatro de los ensayos clínicos de los principales proyectos de vacunas contra el nuevo coranavirus.
Bolsonaro, un excapitán del Ejército, ha puesto a militares al frente de 11 de los 23 ministerios. Su vicepresidente, Hamilton Mourao, es también un general retirado.
Antes de llegar al gabinete de Bolsonaro, Pazuello coordinó hasta enero la operación para acoger a los inmigrantes venezolanos en el estado de Roraima (norte) y se encargó de la logística durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Rio-2016.
AFP
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