Brasil, el segundo país en número de muertes y el tercero en contagios, registra una tasa de mortalidad de 63,8 decesos y una incidencia de 2 102,9 personas infectadas por cada 100 000 habitantes.
Brasil, uno de los países más afectados en el mundo por la pandemia del nuevo coronavirus junto a Estados Unidos e India, superó este muertes los 4,4 millones de casos confirmados y las 134.000 muertes relacionadas con la COVID-19, según divulgó este miércoles el Ministerio de Salud.
En su más reciente boletín epidemiológico diario, el Gobierno informó que el país registró en las últimas 24 horas 36 820 nuevos casos confirmados y 987 muertes.
Así, el número consolidado de contagiados desde el primero reportado el 26 de febrero ascendió a 4 419 083 personas, mientras que el de fallecidos se elevó a 134 196 desde la primera muerte ocurrida el 12 de marzo, con ambos casos registrados en Sao Paulo.
Brasil, uno de los epicentros mundiales de la pandemia como el segundo país en número de muertes y el tercero en contagios, registraba este miércoles una tasa de mortalidad 63,8 decesos y una incidencia de 2 102,9 personas infectadas por cada 100 000 habitantes.
Las datos también muestran que hasta este miércoles se han recuperado 3 720 312 pacientes del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, entre ellos el presidente Jair Bolsonaro, su esposa, dos de sus cinco hijos y varios ministros del Gabinete, lo que supone el 84,2 % del total de infectados en el país de 210 millones de habitantes.
Otros 564 665 pacientes, incluidos algunos gobernadores y el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, quien este miércoles anunció su contagio, se encuentran en acompañamiento médico en hospitales o en sus residencias después de haber dado positivo en las pruebas clínicas.
El estado de Sao Paulo (909 428 casos confirmados y 33 253 muertes), en la región sudeste, se mantiene como el más afectado por el patógeno.
A pesar de una tímida desacelerada de la pandemia, el país ha retomado la mayoría de sus actividades económicas e iniciado la reapertura escalonada del comercio y servicios que se mantuvieron cerrados y suspendidos por las medidas de cuarentena y aislamiento social decretadas por gobernadores y alcaldes.
En medio de las críticas a su gestión frente la pandemia, Bolsonaro, uno de los líderes más escépticos frente al coronavirus, juramentó este miércoles al general Eduardo Pazuello como ministro de Salud, cargo que ocupaba interinamente desde mayo pasado.
Uno de los grandes retos de Pazuello es el de la implementación de las vacunas contra la COVID-19, una de las apuestas firmes del país suramericano, que realiza actualmente pruebas en voluntarios de cuatro de los proyectos inmunológicos que se desarrollan en el mundo (Reino Unido, China, Europa y Estados Unidos-Alemania).
Existe también un acuerdo de los estados de Paraná (sur) y Bahía (nordeste) para comercializar la vacuna que se adelanta en Rusia y en el caso de la segunda región de otras dos de origen chino.
Igualmente, el país participa a través de una red privada de laboratorios de la producción de un antivirus de origen sintético con una farmacéutica de Estados Unidos.
(Con información de EFE)
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