Jair Bolsonaro era segundo en intención de voto en las presidenciales de Brasil, después de Lula Da Silva, quien ya fue excluido de la contienta. El candidato de extrema derecha tiene una largo historial de propuestas radicales y declaraciones racistas, sexistas y xenófobas.
Jair Bolsonaro tiene todas las chances de llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, escenario hasta hace poco impensable, pero que cambió con la encarcelación de Luiz Inácio Lula Da Silva y su posterior exclusión de la contienda electoral. Este jueves, el candidato de extrema derecha fue atacado con un cuchillo durante un acto de campaña.
El excapitán del Ejército y admirador de la dictadura militar (1964-1985) figura segundo en intenciones de voto, después de Lula. Pero se ubica en primer lugar en caso de la descalificación -muy probable- del expresidente de izquierda, que cumple una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción.
Bolsonaro, sin embargo, tiene un largo historial de declaraciones racistas, sexistas y xenófobas que si bien atraen a un nada despreciable sector de la población, podría jugarle en contra por el fondo radical de su mensaje y sus propuestas.
Seguridad ciudadana con armas
Para combatir la violencia en Brasil, que el año pasado alcanzó el récord de casi 64,000 homicidios, Bolsonaro propuso flexibilizar las leyes sobre el porte de armas para los "buenos ciudadanos". Además señaló que las armas son inherentes al ser humano y que “están en la Biblia”.
"Si alguna vez alguno de nosotros, civil o militar es atacado y toma represalias con 20 disparos, debería ser condecorado y no condenado", afirmó.
Campos de refugiados para venezolanos
Bolsonaro ha sugerdio sugirió la creación de campos de refugiados para acoger a los venezolanos que llegan a Brasil, tras las tensiones registradas el pasado fin de semana en la frontera con Venezuela.
"Brasil no puede ser un país de fronteras abiertas... Creo que se puede buscar a la ONU para que cree campos de refugiados para atenuar el problema" en la región, afirmó el candidato.
Además aseguró que "respeta los derechos humanos de quien realmente está en una situación crítica" y señaló que la violencia de ciudadanos brasileños contra campamentos de venezolanos en la ciudad fronteriza de Pacaraima fue la "reacción de un pueblo" al que el Gobierno continúa "dando la espalda".
Respaldo
Con 8,5 millones de seguidores en Facebook, Twitter e Instagram, Bolsonaro tiene una fuerza de ataque muy superior a la de cualquier otro de los doce candidatos.
Tiene un gran poder de atracción entre los jóvenes nacidos después de la dictadura: un 60% de sus seguidores tiene menos de 34 años. Aunque católico, corteja también a las iglesias evangélicas. Este heraldo de la ley y el orden atrae también a los pobres, a la clase media y a intelectuales.
“Hitlerzinho tropical y fascista”
Por su parte, el candidato laboralista Ciro Gomes calificó al aspirante ultraderechista Jair Bolsonaro de "fascista" y "Hitlerzinho tropical" y le tildó de estar "muy mal preparado".
"Él (Bolsonaro) es un mistificador peligroso, es un fascista, es un proyecto de Hitlerzinho tropical y muy mal preparado, porque Hitler por lo menos era un intelectual razonable", afirmó Gomes en Brasilia.
De acuerdo con las últimas encuestas, Gomes tiene una intención de voto de entre 6 % y 9 %, igualado con el socialdemócrata Geraldo Alckmin, pero por detrás de Bolsonaro y de la ecologista Marina Silva (15 %).
Sexismo, racismo y homofobia
En contra de Bolsonaro están pendientes dos procesos por supuesta apología a la violación y otras ofensas a las mujeres ante el Tribunal Supremo, que estos días analiza otra denuncia por racismo contra él. Es más, un 43% de las mujeres dice que no votaría por él jamás.
También genera un fuerte rechazo en las comunidades afrodescendiente y LGBT por sus propósitos racistas y homófobos; ha dicho por ejemplo que preferiría ver a un hijo suyo "muerto en un accidente en lugar de homosexual".
"Que las encuestas le den casi un 20% a Bolsonaro es una verdadera vergüenza", afirmó a AFP el académico Ruy Fausto. No obstante, las elecciones brasileñas están en una etapa tan impredecible que la hipótesis de un presidente de ultraderecha ya no parece descabellada.
Aquellos a quienes el incremento en la intención de voto para Bolsonaro hace temblar, se aferran a la esperanza de que su fortaleza en los sondeos se debilite con el inicio este fin de semana de la campaña por radio y televisión.
(Con información de AFP y EFE)
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