Entre las víctimas mortales que dejaron las protestas en Nicaragua, se encuentran seis miembros de una familia que murió calcinada y otros 15 que fueron asesinados a tiros durante una marcha realizada el 30 de mayo.
Nicaragua cumplió este martes dos meses de su crisis más sangrienta desde la década de 1980, que se inició con unas manifestaciones contra una reforma a la seguridad social y que se convirtió en un grito nacional que pide la salida del presidente Daniel Ortega.
Después de 62 días, Nicaragua suma cerca de 200 muertos, según cifras de organismos humanitarios, entre ellos 6 miembros de una familia que murió calcinada y otros 15 que fueron asesinados a tiros durante la "Madre de todas las marchas", celebrada el 30 de mayo, que dejó además 199 heridos, de acuerdo con cifras del Gobierno nicaragüense.
"Hay un promedio de tres personas diarias que han sido asesinadas en las protestas contra esta dictadura siniestra", dijo Gonzalo Carrión, asesor legal del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), organismo que responsabiliza de estos crímenes al Gobierno con sus fuerzas policiales y parapoliciales.
Víctimas de protestas
Según datos del Cenidh, al menos 180 personas han fallecido en las protestas desde el 18 de abril pasado. Otras organizaciones humanitarias ubican en 200 la cantidad de muertos y más de un millar de heridos.
La primera dama y vicepresidenta del Gobierno, Rosario Murillo, por su lado, atribuyó la crisis que sufre el país a una invasión de "espíritus malignos". Murillo, conocida por su supuesta afición al esoterismo, pidió a Dios "que cese esa mano diabólica que se mueve en nuestro país, y que niega la vida".
Por su lado, el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Zeid Ra'ad al Hussein, condenó la violencia en Nicaragua y denunció que fuerzas policiales y grupos progubernamentales estás detrás de las todas esas muertes.
Diálogo no avanza
Mientras la violencia no cesa, el diálogo nacional con el que se espera superar la crisis, sigue en el limbo. Este lunes, la Conferencia Episcopal, mediadora y testigo del diálogo, suspendió las tres mesas de trabajo creadas para superar la crisis debido a que el Gobierno no presentó copias de las cartas de invitación a organismos internacionales a visitar el país.
En la reanudación del diálogo el pasado viernes, tras una suspensión desde el 23 de mayo, el Ejecutivo aceptó invitar de manera "inmediata" a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Unión Europea (UE) y la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El Ejecutivo aseguró que asistirá este martes a la mesa de diálogo y reiteró su propuesta de que sean creadas "comisiones locales de paz" para "frenar la ola terrorista" en Nicaragua. Los obispos aclararon en un comunicado que solamente llamarán a las partes si el Ejecutivo cumple con lo acordado, en relación a la invitación a organismos internacionales.
EFE
Comparte esta noticia