La expresidenta chilena Michelle Bachelet —que el 31 de agosto dejará sus funciones al frente del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos— denunció el jueves los ataques del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, contra el poder judicial.
La expresidenta chilena Michelle Bachelet, que el 31 de agosto dejará sus funciones al frente del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, denunció el jueves los ataques del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, contra el poder judicial.
"El presidente Bolsonaro intensificó sus ataques contra el sistema judicial y el sistema de votación electrónica", declaró, citando una reunión con embajadores el pasado julio.
"Lo que me parece más preocupante es que el presidente pida a sus simpatizantes que protesten contra las instituciones judiciales", afirmó Bachelet, al ser preguntada sobre la situación en Brasil con ocasión de su rueda de prensa de fin de mandato.
El jefe de Estado brasileño, en el poder desde 2019 y candidato a un segundo mandato, ha puesto en entredicho reiteradas veces la fiabilidad de las urnas electrónicas utilizadas en el país desde 1996, mencionando "fraudes" pero sin aportar pruebas. Unos ataques que hacen temer que no reconozca el resultado de las presidenciales de octubre si no sale ganador.
Sin embargo, moderó su posición recientemente, afirmando que "respetará" el resultado de las urnas en caso de derrota.
Bachelet subrayó que un jefe de Estado debe respetar a los otros poderes, judicial y legislativo.
"Podemos no estar de acuerdo con decisiones tomadas por los otros poderes y decirlo si es necesario, pero hay que respetarlos", insistió.
"No podemos hacer cosas que puedan aumentar la violencia o el odio contra las instituciones democráticas, que deben ser respetadas y reforzadas. No debemos intentar socavarlas con discursos políticos", señaló, subrayando que daba este consejo como Alta Comisionada y como exjefa de Estado.
Además, Bachelet afirmó que estaba "realmente preocupada" por la información que circula sobre un aumento de la violencia política, del racismo estructural y de la disminución del espacio cívico en Brasil.
"Los ataques contra los legisladores y los candidatos —en especial los de origen africano, las mujeres y las personas LGTBI [lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales]— son preocupantes", indicó.
(AFP)
Comparte esta noticia