El Gobierno anunció la deportación masiva luego del asalto de un grupo insurgente (en el que habrían participados ciudadanos afganos) a una base militar en el noroeste del país.
El Gobierno de Pakistán intensificó su campaña masiva de deportación de ciudadanos afganos al anunciar este viernes que comenzará a expulsar a partir del 1 de abril a los poseedores de tarjetas de ciudadanía afgana (ACC), que hasta ahora podían vivir en suelo paquistaní de forma legal.
“Se recomienda a todos los extranjeros ilegales y titulares de ACC que abandonen el país voluntariamente antes del 31 de marzo de 2025. La deportación comenzará a partir del 1 de abril de 2025”, dijo en un comunicado el Ministerio del Interior.
Según datos de la ONU, más de 800.000 afganos son titulares de una de estas tarjetas, que hasta ahora les permitían residir legalmente en Pakistán.
Alrededor de 1,45 millones de afganos viven en Pakistán con otra clase de tarjetas conocidas como 'Prueba de Registro' (PoR), que les permitirá permanecer en el país como mínimo hasta el 30 de junio, después de que las autoridades extendieran recientemente el plazo.
El Gobierno paquistaní comenzó a emitir las tarjetas ACC en 2017, en lugar de la categoría PoR, que sobre todo fueron entregadas a refugiados que huyeron de Afganistán tras la invasión soviética en 1979.
A ambos grupos, que hasta ahora vivían de manera legal, se suman más de 1,7 millones de afganos indocumentados a los que Pakistán comenzó a deportar en noviembre de 2023.
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Gobierno anunció deportación tras asalto a base militar
El anuncio del Gobierno se produce después de que el asalto de un grupo insurgente a una base militar en el noroeste del país el pasado martes costase la vida de 34 personas, incluidos 16 atacantes, 13 civiles y cinco soldados.
La oficina de medios del Ejército dijo que los informes de inteligencia "confirmaron inequívocamente" la participación física de ciudadanos afganos en el asalto. El ataque fue reivindicado por el grupo Jaish Al-Fursan, afiliado de los talibanes paquistaníes.
Islamabad ha acusado reiteradamente a los talibanes paquistaníes de utilizar territorio afgano para perpetrar ataques contra Pakistán.
Pakistán vive un repunte de violencia insurgente que coincidió con la llegada de los talibanes afganos al poder en Kabul. Los fundamentalistas afganos, no obstante, niegan estar dando cobijo a los grupos armados.
Según el último informe anual del Centro de Investigaciones y Estudios de Seguridad de Pakistán, en 2024 murieron al menos 685 miembros de las fuerzas de seguridad en 444 ataques terroristas, convirtiéndolo en el año más mortífero para las fuerzas de seguridad paquistaníes en una década.
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