Juan Manuel Gastélum se quejó ante una televisora que grupos de migrantes "llegan en un plan agresivo, grosero, con cánticos, retando a la autoridad".
La presencia de más de 2,000 centroamericanos en la ciudad fronteriza de Tijuana buscando cruzar a Estados Unidos generó el rechazo de un sector de la población mexicana y también del alcalde de dicha localidad, quien exigió que los migrantes sean expulsados.
El alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum, dijo a la televisora Milenio que grupos de migrantes "llegan en un plan agresivo, grosero, con cánticos, retando a la autoridad" y pidió al gobierno federal sean expulsados de inmediato. "Derechos humanos se me va a echar encima, pero los derechos humanos son para los humanos derechos", dijo.
La noche del miércoles se registró un incidente cuando unos 300 pobladores protestaron contra los migrantes en una zona habitacional de Tijuana. Les arrojaron piedras mientras cantaban el himno mexicano ante la mirada de policías. Las protestas fueron alimentadas por rumores que los migrantes habían rechazado la ayuda que se les ofreció, como alimentos o transporte.
"Mucha gente, no todas, no hay que generalizar, es muy mal agradecida (...) quieren exigir sus propios derechos, si no los exigieron en su propio país, por qué lo vienen a exigir aquí", dijo a la AFP José Bernal, un residente de Tijuana.
El trayecto de la caravana, que llegó a sumar más de 7,000 personas, había transcurrido sin mayores incidentes, aunque las expresiones de rechazo eran latentes en las redes sociales, sobre todo luego de que el presidente electo, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, dijera que los recibiría en México y les daría trabajo.
En Facebook se han creado al menos tres grupos, cuyos administradores aseguran vivir en Tijuana, en contra de la caravana migrante. En Twitter se multiplican los mensajes de rechazo y en WhatsApp ya hay cadenas con mensajes que reclaman a los centroamericanos "empiézale a trabajar", "no vengas a exigir".
Organizaciones defensoras de migrantes denunciaron de su lado que dos autobuses con centroamericanos fueron detenidos por agentes migratorios y policías federales en el estado de Sonora en su camino hacia Tijuana. "Nos bajó del autobús la policía federal. Nos subieron en camionetas", dijo a la AFP vía telefónica Keynor Velásquez, un hondureño de 26 años. Se desconoce la situación legal de estos migrantes.
Quejas en albergue
La alcaldía de Tijuana ha establecido un albergue en un centro deportivo para recibir a los migrantes, donde durmieron un total de 2.000 personas. Cientos más están en albergues que reciben cotidianamente migrantes.
Los centroamericanos se quejaban este viernes que en el albergue les imponen reglas muy estrictas y que no les dieron desayuno. "Venimos pasando hambre de días en este viaje, desde Sonora no comíamos y aquí no nos dan nada", dijo a la AFP Corín Mejía, hondureña de 27 años, mientras amamantaba a su bebé.
AFP.
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