El estreno francés de la obra será el 19 de mayo y permanecerá en cartelera hasta el 31 en cinco presentaciones
A taquilla casi cerrada, repuesto de un breve e inoportuno catarro y casi ya también en su gran forma habitual, el tenor español Plácido Domingo habló hoy con la prensa del nuevo "Cyrano de Bergerac", que estrenará este 19 de mayo en el Teatro del Châtelet, con dirección escénica de Petrika Ionesco.
Al presentar a su colaborador de lujo, el director del Châtelet, Jean-Luc Choplin, subrayó el "doble acontecimiento" que supone la actuación en París del tenor y también increíble actor español, y el hecho de que se trate del estreno francés de la obra.
El artista, director y promotor musical, que interpretó ya este mismo papel en 2007 en Valencia, tras haberlo estrenado en
Aquí "me siento verdaderamente en la época", dijo Domingo al glosar esa obra que "lo tiene todo" y celebrar, igualmente, ese personaje "de sueño", al que dará vida en el Châtelet hasta el próximo 31 de mayo, a lo largo de cinco representaciones.
Ese triste y célebre personaje "a una nariz pegado", lleno de alegría, drama, ironía y generosidad, cuyo profundo complejo le impide pensar que su amor pueda ser correspondido,
El cantante madrileño, que llegó este fin de semana a París, recordó cómo descubrió esta obra de espíritu "sin duda francés", estrenada por en 1937, en Roma, en italiano.
La partitura "tiene momentos sublimes", hay momentos en que su autor "quiere ser muy moderno, en otros se traiciona porque siente la necesidad de dar a los cantantes la melodía para tener la expresión y el drama de la pieza", resumió.
El encuentro de "estas combinaciones es algo muy importante" y, finalmente, la obra es "imposible de olvidar", recalcó Domingo.
Alfano le dio "la exuberancia de Massenet, a veces encontramos a Berlioz, pero primero fue a Debussy a quien encontró", consideró.
Al estrenarla en 1937, su autor tuvo que ir "más lejos" que los compositores italianos del "bel canto" en las armonías y también en los caracteres melódicos, porque ya existían óperas como "Wozzeck" y "Lulu", de Alban Berg, o "Moisés y Aarón", de Arnold Schönberg, resaltó.
"Es una obra muy complicada y estamos muy contentos del trabajo ya realizado" en este periodo de ensayos intensivos, de nueve y diez horas, diarias, explicó.
Aunque "el momento de la verdad será la semana próxima, cuando llegue
Domingo actuará con esta formación española por primera vez algo que, recordó, le ocurre "con mucha frecuencia".
No así, sin duda, a sus miembros, que inicialmente habían propuesto ofrecer un concierto en el Châtelet a su director.
En declaraciones a Efe, Choplin celebró su trabajo y dijo haber pensado en esta formación de inmediato, dada su gran calidad y su doble especialidad sinfónica y lírica, al comprobar que las orquestas parisienses no estaban disponibles en las fechas de "Cyrano".
Respecto al catarro que el pasado día 5 le hizo abandonar la escena de
"Eso es lo grande. El público no podía tener ni la mínima idea de que yo no estaba bien, pero yo sabía que continuando continuando iba haber un momento en que lo iban a notar", añadió.
"Efectivamente, recordó, era un catarro de esos que te dan y que no te dura nada, y después de 40 minutos en el escenario vi al tenor que me cubría, vestido ya y salí del escenario".
"Fue lo menos doloroso. Qué se puede hacer, cuando no se puede no se puede", explicó Domingo, quien al descubrir repentinamente su malestar, mientras se preparaba para actuar, previno a los responsables de esa ópera neoyorquina donde días antes había protagonizado uno de sus habituales y apoteósicos triunfos, también con la "Valquiria".
EFE
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