Tal como lo había prometido, el boricua ofreció un espectáculo lleno de erotismo en el que no faltaron los temas románticos, cien por ciento bailables, el cajón peruano y la bandera nacional.
La noche más esperada por miles de mujeres llegó. El boricua Ricky Martin demostró en el escenario por qué es uno de los hombres más deseados del planeta.
El concierto ofrecido en la explanada del estadio Monumental se inició a las 9:30 de la noche con una proyección de imágenes del cantante para que, segundos después, una enorme tela blanca cayera revelando su figura en el escenario.
Acompañado con un gran cuerpo de baile y sobre una estructura de fierros, empezó a moverse dejando a más de una, e incluso uno que otro hombre, con la boca abierta.
"Buenas noches Lima. No entiendo cómo he dejado pasar tanto tiempo para regresar a esta tierra", indicó a sus fanáticos quienes esperaron 13 años para verlo otra vez.
Tras los aplausos de las 20 mil personas que se dieron cita en el recinto de Ate, el tema "Living la vida loca", los despegó de sus asientos para empezar a seguirle el paso al intérprete, quien era imparable en el escenario.
Sin embargo, no todo fue baile, pues también hubo momento para la reflexión, en especial, sobre la discriminación a las personas homosexuales con la perfomance de uno de los integrantes de su elenco.
Luego dio inicio a un popurrí de sus mejores baladas que pusieron el toque romántico a la fría noche: ‘Tu recuerdo’ a ritmo de cajón peruano, ‘El amor de mi vida’, ‘Sin querer me he vuelto a enamorar’, ‘Te extraño, te olvido, te amo’, fueron las causantes de los profundos suspiros.
‘Pégate un poco más’, ‘Por arriba, por abajo’, ‘La copa de la vida’, hicieron que el público vuelva a bailar sin parar.
A su arribo a Lima, Ricky Martin prometió una velada llena de erotismo y sensualidad y sí que lo cumplió, pues cada uno de sus movimientos sobre el escenario fue un derroche de pasión.
Constantes cambios de vestuario, ritmo, baile y la euforia del público fueron el marco de una noche en la que el intérprete cautivó al público peruano y les regaló lo mejor de su carrera.
“Gracias por esta noche maravillosa, por su cariño y sonrisas. Dios los bendiga. Mucha paz”, indicó para despedirse alzando una bandera peruana.
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