Su avanzada edad no impidió a Charles Aznavour seguir dando conciertos. Su excepcional carrera dejó una serie de canciones que se convirtieron en la voz de una época a través de otros grandes cantantes.
Charles Aznavour tenía condiciones poco propicias para ser una estrella del espectáculo: era bajito, sin formación musical y con un timbre de voz limitado. A pesar de todo, pasó a la historia como un monumento de la "chanson française", a la altura de su amiga Edith Piaf.
Aznavour, cuyos cabellos canosos le aportaban una irresistible aura de veneración, falleció a los 94 años, y estuvo presente en los escenarios hasta sus últimos días, reflejo de su tenacidad, con la que superó obstáculos ante los que la mayoría habrían desistido.
"¿Cuáles eran mis puntos débiles? Mi voz, mi estatura (no llegaba a 1,65 metros), mis gestos, mi falta de cultura e instrucción, mi falta de personalidad", reconocía Aznavour, autor de temas como "La Bohème", "Emmenez-moi" o "She".
"Pero tenacidad no me faltaba y fue eso lo que compensó", explicaba el compositor e intérprete, que vendió en vida más de 150 millones de discos todo el mundo, tenía más de 1.200 canciones y más de 250 discos publicados.
LA HISTORIA DE UN GRANDE
Nacido en 1924 en la calle Assas de París, cerca del jardín de Luxemburgo, con el nombre de Shahnourh Varinag Aznavourian, su padre Mischa Aznavourian y su madre Knar Baghdassarian eran de origen armenio. Se habían instalado temporalmente en la capital francesa mientras se preparaban a emprender un viaje a Estados Unidos que jamás realizarían.
Los dos eran amantes del mundo del espectáculo, e inculcaron el aprecio por la música, el teatro y el cine a sus hijos Aida y Charles mientras alternaban trabajos en restaurantes y en el sector textil.
Como Piaf, Aznavour era un "chico de la calle" que tuvo que dejar los estudios muy pronto. Su formación autodidacta siempre la presentó como un motivo de orgullo.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, su encuentro con el pianista Pierre Roche marcó el inicio de sus trabajos musicales, aunque es su relación con el editor musical Raoul Breton la que acabó siendo crucial para su carrera. Breton le presentó a Piaf.
Aznavour pasó entonces a ser un estrechó colaborador de "La Môme", a cuyo servicio trabajó como secretario, chófer y compositor.
"Escribí para ella varias canciones y me convertí en su confidente durante varios años", rememoraba el artista.
ESTAS SON LAS CANCIONES MÁS MEMORABLES DE CHARLES AZNAVOUR:
"LA BOHEME" (1965)
"LA MAMMA" (1963)
"SUR MA VIE"
"EMENEZ-MOI" (1967)
"JE ME VOYAIS DÉJA"
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