Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el aumento de la temperatura del planeta aceleró el retroceso de los glaciares, ocasionando la extinción de las cordilleras Barroso y Volcánica.
El Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), a través de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), informó que el Perú perdió el 51% de su superficie glaciar, en los últimos 50 años, debido a los efectos del cambio climático en estas reservas de agua sólida.
Esta información se brindó durante la conferencia virtual 'Retroceso glaciar en el Perú 1948-2019, impactos en el recurso hídrico', donde especialistas de la ANA y representantes de otras instituciones científicas abordaron este importe tema.
El Perú cuenta con 18 cordilleras nevadas: Blanca, Huallanca, Huayhuash, Raura, Huagoruncho, La Viuda, Central, Huaytapallana, Chonta, Ampato, Urubamba, Vilcabamba, Huanzo, Chila, La Raya, Vilcanota, Carabaya y Apolobamba; sin embargo, el registro de décadas atrás menciona la existencia de 20 cordilleras
El aumento de la temperatura del planeta aceleró el retroceso de los glaciares, lo que habría ocasionado la extinción de las cordilleras Barroso y Volcánica. Asimismo, las cordilleras Chila, La Raya, Huanzo, Chonta y La Vida, podrían extinguirse pues en las últimas décadas perdieron más del 90% de su superficie glaciar.
En la cordillera Blanca, el promedio de retroceso anual es de 19 metros. El emblemático glaciar Pastoruri (Áncash), entre 1980 y 2019, ha retrocedido más de 650 metros, formando una nueva laguna que tiene contacto glaciar y continúa su crecimiento.
Uruashraju y Yanamarey (Huaraz - Recuay), son dos glaciares que, entre 1948 y 2019 retrocedieron en promedio un kilómetro, encontrándose en proceso de declive. El derretimiento de cada glaciar, significa aportes de agua líquida a las microcuencas.
Por ejemplo, el glaciar Artesonraju (Huaylas), entre los años 2018 y 2019, aportó -en promedio- 6 millones de metros cúbicos (MMC) de agua. Sin embargo, no sucede lo mismo en otros glaciares que tienen poca cobertura glaciar, como el caso de Yanamarey que -en el mismo periodo- aportó 0.30 MMC.
En la cordillera Central, el glaciar referente de evaluación es Chuecón (Huarochirí). Entre 2014 y 2019 ha retrocedido 216 metros, formando una nueva laguna que mantiene contacto con el glaciar lo que acelera más su proceso de derretimiento. En el año hidrológico 2018 - 2019, este glaciar aportó a la microcuenca, más de 1 MMC de agua líquida.
En la cordillera Vilcanota, Quisoquipina es uno de los dos glaciares evaluados por la Autoridad Nacional del Agua. Entre 2011 y 2019, ha retrocedido 100 metros. Durante el año hidrológico 2018 - 2019 su aporte de agua líquida a la microcuenca ha sido menos de 1 MMC. Similar comportamiento se registra en otras cordilleras nevadas del país, siempre destacando sus particularidades de clima y ubicación.
A nivel nacional, la ANA realiza el seguimiento a la dinámica de 13 glaciares ubicados estratégicamente en el centro y sur país, los mismos forman parte de la Red de Glaciares Monitoreados en Latinoamérica. Esta acción permite contar con información actualizada de las reservas de agua sólida y lagunas de origen glaciar, con la finalidad de generar información para la gestión del recurso hídrico y el riesgo de desastres.
Toda esta información es generada por el Área de Evaluación de Glaciares y Lagunas (ex Unidad de Glaciología), oficina especializada de la Autoridad Nacional del Agua, que desarrolla esta labor desde 1941 en el Perú y desde el 2018 en la Antártida.
Los glaciares son ecosistemas altamente sensibles al cambio climático, en las últimas décadas son más evidentes los efectos sobre estas reservas de agua sólida, generando una notoria disminución de la masa glaciar, formación de nuevas lagunas y precipitaciones líquidas sobre el glaciar.
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