El recuerdo del papa León XIV sigue más vivo que nunca en la tierra que lo acogió por más de una década. Chiclayo no solo lo considera un guía espiritual, sino un amigo y un símbolo de esperanza que dejó huellas profundas en su gente, en sus calles y en su corazón.
Han pasado cinco meses desde que el cardenal Robert Francis Prevost Martínez, hoy papa León XIV, fue elegido sucesor de Pedro. Y aunque Roma es ahora su hogar, en Chiclayo, la ciudad donde vivió, enseñó y forjó amistades profundas, su recuerdo sigue tan vivo como su ejemplo de fe y sencillez.
Muestra de ello es que cada día decenas de personas de diferentes zonas de la región, e incluso, turistas nacionales y extranjeros, se animan a dejar un mensaje de agradecimiento y de amor en el segundo libro que la diócesis colocó en la puerta del templo para tal fin. Mensajes sencillos, pero cargados de devoción.
“Cuando escuché su nombre, no lo podía creer, de verdad. Le juro que fue algo impresionante, muy emotivo. Tenemos tanta mala vibra últimamente en el país, que esta noticia fue un alivio para el corazón. Es un orgullo haberlo tenido aquí y haber gozado de su presencia. Es un gran representante de Dios en la tierra; siempre está en mis oraciones”, nos contó, Clara Rosa, una feligresa que lo recuerda con gratitud.
El primer libro, lleno con miles de mensajes, fue llevado al Vaticano por su secretario personal, el sacerdote Edgar Rimaycuna Inga. Un testimonio tangible del cariño que Chiclayo aún le profesa a quien consideran su obispo, su guía y su amigo.
El pastor que caminaba entre su pueblo
En la Ciudad de la Amistad, Robert Francis Prevost Martinez —hoy León XIV— no solo fue un pastor espiritual, sino también un ciudadano honorario. Durante años, caminó por las calles, enseñó en seminarios, compartió con familias humildes sin protocolos ni distancias y acompañó procesos pastorales en comunidades rurales alejadas; así lo recuerda el profesor, Armando Sánchez, desde el distrito altoandino de Inkahuasi.
“Desde 2016 hasta el 2023 estuvo frecuentemente por estas zonas andinas. Visitaba colegios, celebraba misas, bautizos, confirmaciones. No era un visitante, era un misionero cabal que transmitía paz, unidad y vida. Eso nos ha quedado impregnado”, recordó con mucha añoranza.

Obras que mantienen viva su misión
Su paso por Lambayeque fue una siembra de fe y compromiso. Muchos de los proyectos que impulsó durante su labor pastoral hoy siguen creciendo de la mano de sus amigos, colaboradores y empresarios chiclayanos.
Uno de esos legados es el centro de reforzamiento educativo y biblioteca infantil en el distrito de José Leonardo Ortiz, un proyecto destinado a devolver la esperanza a decenas de niñas y niños en situación de vulnerabilidad que nació en junio, con el lanzamiento de la PAPALETA, un producto solidario que destina un porcentaje de sus ventas a esta promesa, que ya es una realidad.
“Desde Mr. Paleta quisimos hacer realidad este proyecto en la parroquia San Juan Apóstol, un lugar que el hoy papa León XIV conoció de cerca cuando fue obispo de Chiclayo. Gracias a la confianza de nuestros clientes, transformamos un espacio vacío en un lugar lleno de color y oportunidades, donde una profesora guía talleres de lectura y reforzamiento escolar, con el apoyo de voluntarios. Esto recién comienza: nuestra meta es mantener el proyecto y replicarlo en más parroquias para llevar esperanza a más niños”, señaló Nayib Hende, gerente general de la empresa.
También está el comedor popular María Reina de los Sacerdotes, ubicado en el pueblo joven San Antonio, que fue inaugurado por su Santidad cuando era obispo de Chiclayo y por ello desde el pasado 14 de setiembre, día del cumpleaños de León XIV, lleva su nombre. Aquí, tres guerreras voluntarias preparan a diario alimentos para unas 70 personas en situación de pobreza.
“Recibimos el apoyo del restaurante El Trébol con dos sacos de arroz al mes (ayuda que esperamos seguir recibiendo), y de muchos feligreses que, después de misa, nos dejan azúcar, aceite o arroz. Todo es de gran ayuda para continuar con esta obra”, comenta Daría Chavarri, responsable del comedor.
Un papa con el corazón en Chiclayo
Cinco meses después de su elección, Chiclayo vuelve a mirar hacia Roma con orgullo. El cariño por el papa León XIV no ha disminuido; al contrario, ha crecido en obras, gestos y oraciones.
Su historia en el norte peruano no se resume solo a los años de servicio religioso, sino al amor que sembró en cada persona que lo conoció. Hoy, su nombre sigue pronunciándose con ternura, su ejemplo continúa inspirando, y su recuerdo late con fuerza en la tierra que lo vio caminar entre su gente.
Porque, aunque el papa León XIV gobierna la Iglesia desde el Vaticano, Chiclayo sigue siendo su casa… y su corazón, parte del nuestro.