Consideraciones sobre un tuit presidencial [COLUMNA]

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Un tuit difundido anoche por el presidente Pedro Castillo afirma que el “gasoducto que llevará el gas al sur del país” y “la masificación en beneficio de todos los peruanos” constituyen la prioridad del “gobierno del pueblo”. El tuit proclama al mismo tiempo que “seremos respetuosos con la libertad de empresa”. El mensaje presidencial logra reiterar dos compromisos de envergadura en menos de 140 caracteres. No se necesita mucha perspicacia para suponer que se trata de una respuesta a la ola de críticas suscitada por sus declaraciones de la víspera en Amazonas, donde pidió al Congreso que muestre unidad para “expropiar o nacionalizar” el consorcio que explota el gas de Camisea.

Es posible que entretanto el presidente haya tomado en cuenta dos elementos: 1) Que las expropiaciones terminan por costar muy caro a los contribuyentes y no necesariamente conducen a empresas más eficientes. Más bien sucede con frecuencia lo contrario. Nuestra inserción en la economía globalizada y la experiencia de arbitrajes ante instancias internacionales deberían bastar para pensar dos veces antes de ceder a tentaciones nacionalistas y simplificadoras que han tenido consecuencias desastrosas a lo largo de nuestra historia: desde la nacionalización del salitre impuesta por Manuel Pardo que precipitó la guerra con Chile hasta la fallida expropiación del sistema bancario anunciada por Alan García en 1987. 2) Una expropiación requiere una ley votada en el Congreso. Vista la correlación de fuerzas entre las bancadas, resulta inimaginable que se forje una mayoría a favor de la expropiación.

Si Castillo aspira a que el gabinete Vásquez obtenga la confianza del Congreso, lo que menos le conviene es atizar más puntos de conflicto y poner en riesgo la recuperación económica.

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