Obra del colegio de Pillao Matao en Cusco, quedó paralizada tras rescindir contrato por irregularidades de empresa encabezada por Martín Belaunde Lossio
Han transcurrido aproximadamente cinco años desde que los niños del colegio Virgen del Carmen Nro. 51037 de Pillao Matao, ubicado en el distrito de San Jerónimo, en el Cusco, abandonaron sus salones de clase con la esperanza de retornar a un local nuevo y moderno.
Pasó el tiempo y el local luce - ahora- abandonado y tétrico. El templo del saber que debía albergar por lo menos a 200 niños estudiando felices, en el nivel primari, cobija basura y parece la guarida de personas de mal vivir.
Todo se inició en el año 2013 con la adjudicación de la obra al “Consorcio San Jerónimo”, integrada por la empresa Antalsis, representado por el exasesor presidencial Martín Belaunde Lossio, que laboró en sociedad con las empresas C y G Contratistas Generales SRL, y Doris Esther Flores.
Fue en la gestión del expresidente regional Jorge Acurio Tito, en la que ganó la licitación del proyecto “Mejoramiento, Ampliación de los Servicios de Educación Inicial, Primaria y Secundaria de la I.E. 51037 Virgen del Carmen de la comunidad de Pillao Matao, distrito de San Jerónimo”, que ostentaba un presupuesto de S/.6´336, 493,00.
Tuvieron que transcurrir casi doce meses, para que el contrato se resolviera debido a que el consorcio había presentado cartas fianza falsas. Los actos de corrupción y presuntos favorecimientos al entónces asesor del gobierno del expresidente Ollanta Humala Taso, aún son investigados, en desmedro de alumnos, quienes tiene que pagar la inoperancia de las autoridades competentes.
Estudian en módulos
Tras haberse rescindido el contrato, la construcción del colegio quedó paralizada, los niños fueron reubicados a una cancha de futbol y realizan actualmente sus labores actividades académicas, en módulos prefabricados.
A raíz de ello muchos padres de familia han decidido retirar a sus hijos del centro educativo y llevarlos a otros más lejanos, la directora de la institución Tania Villavicencio, precisó que para este año escolar se han matriculado al rededor de 200 niños y niñas.
En tanto el local a intervenir, construido hace 35 años con material de adobe, ha sido declaro inhabitable y en este óolo se observan las pizarras y algunos deteriorados pupitres, ventanas rotas y cúmulos de basura donde cada día festinan canes.
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