Este fenómeno puede generar en las víctimas problemas de salud, tales como depresión, ansiedad, anemia, trastornos hipertensivos, entre otros.
La violencia sexual contra la mujer es uno de los problemas de salud pública más graves que enfrenta nuestro país. Según el Ministerio Público, en los últimos cinco años, el 93% de las víctimas de violación sexual fueron mujeres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la violencia sexual es un problema de salud pública y una violación a los derechos humanos de las mujeres. Según el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (Promsex), se estima que por lo menos el 33% de las personas que han sufrido una violación presentan una condición mental crónica.
“Las adolescentes mujeres reportadas con problemas de ansiedad, de angustia, problemas alimenticios están muy asociadas a temas de violencia”, señala Susana Chávez, directora ejecutiva del aludido Centro.
Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas indica que las víctimas de abusos físicos o sexuales por parte de la pareja tienen más del doble de probabilidades de sufrir un aborto.
Lucy del Carpio, directora de Salud Sexual y Reproductiva en el Ministerio de Salud, explica que esta situación se agrava en menores de edad; pues un embarazado no deseado producto de una violación es un evento traumático para la víctima, que limita su desarrollo personal.
“Hay muchas más patologías porque los cuerpos de esas niñas no están preparados para ser madres, ellas están para jugar”, señala.
La violencia sexual suele desarrollarse en los espacios más cercanos a las víctimas. El último reporte del Ministerio Público mostró que el 83% de los agresores eran conocidos, pareja o exparejas y familiares de las víctimas. Asimismo, el 60% de los casos ocurrieron dentro de la casa de alguna de las partes.
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