Existe rebrote de Sendero Luminoso, alertó ex jefe de Dircote

Los últimos atentados subversivos evidencian el rebrote del terrorismo, alertó el ex jefe de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote), Héctor John Caro, tras responsabilizar a los gobiernos de Valentín Paniagua y Alejandro Toledo por lo criticó de la situación.

"Es consecuencia que a partir del gobierno de Paniagua y Toledo no se luchó frontalmente como se debió haber luchado con un remanente. Ese ripio, ese saldito no se pudo luchar. Ese es pues el famoso tiempo en el que Sendero dice hay que dar un paso atrás para ir dos adelante", manifestó.

En diálogo con RPP, Caro lamentó que, incluso, en la actualidad, prime el discurso político sobre las estrategias militares y no se permita hablar de rebrote, pese al grave daño "que están haciendo".  

"No hubo nunca un interés político, pero sí muchos discursos políticos. Actualmente, también estamos igual, cada vez que se muere un policía, no se permite que se hable de un rebrote terrorista, cuando en realidad sí es rebrote pues y no se quiere reconocer el grave daño que están haciendo. Tirarse un helicóptero con tres adentro (..) pudieron estar 30 adentro. ¿No es peligro eso?", se preguntó.

En ese sentido, señaló que Sendero Luminoso es hoy una fuerza muy endeble, pero agresiva y violenta. En tanto, el narcotráfico- dijo- es la fuerza seria, por lo que debe acabarse primero con dicho flagelo, toda vez que ello permitirá que muera el "parásito" (SL).  

Caro lamentó que mientras Sendero Luminoso se fortalece, los efectivos militares luchan en pésimas condiciones.

"Un soldado mal comido, maltratado. No es un sitio como para que ellos estén ahí. Acaso han pensado siquiera que esos hombres que viven del sueldo que se les da. Allá no tienen nada, no han pensado en doblarle el sueldo para que tengan una motivación", remarcó.

Finalmente, lamentó la existencia de fuerzas políticas y organismos no gubernamentales que protejan el cultivo de la coca y ataquen a los militares con el pretexto de la defensa de los derechos humanos, cuando en realidad se conoce que sólo un mínimo porcentaje de la producción se destina al chacchado.