¿Todos tenemos la culpa? [COLUMNA]

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Refiriéndose al incendio de un autobús que costó la vida a 17 personas el presidente Martín Vizcarra afirmó que “todos tenemos la culpa”. Sin duda el presidente quiso incluir en su crítica a lasEl bus de la tragedia (Ministerio, Municipalidad, Superintendencia de Transporte, Policía y dirigentes gremiales), así como a los ciudadanos que buscan boletos más baratos sacrificando estándares de seguridad.

Sin embargo el riesgo es grande de que cuando todos son considerados culpables, nadie resulte penalmente responsable. Como en muchos otros asuntos complejos, necesitamos establecer responsabilidades funcionales precisas. Eso vale para la lentitud de Reconstrucción con cambios, pero también para el aniego de aguas servidas en San Juan de Lurigancho, los pagos indebidos en el Congreso, el aumento de las consultorías en la PCM y de manera eminente los sobrecostos y las coimas del caso Lava Jato.

Respecto al autobús de la empresa SAJI, la municipalidad de San Martín de Porres y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones tienen que explicar si autorizaron o no que un canchón sirva como terminal al que se accedía con boletos comprados de manera ilegal. Si los culpables somos todos y no se sanciona a nadie, la impunidad seguirá prevaleciendo.

El papa y los jóvenes

Si alguien ha asumido la difícil tarea de oponerse a una vieja inercia es el Papa Francisco. La publicación de la Exhortación Apostólica “Cristo vive” trata de integrar las contribuciones de obispos que participaron en el Sínodo realizado en Roma el pasado mes de octubre. La tesis básica del Papa es que la Iglesia debe cesar de vivir pensando en sí misma para servir al mundo al que tiene por vocación transmitir su legado espiritual. Y en particular a los jóvenes.

El Papa tiene razón al subrayar que los bruscos cambios introducidos por la globalización y las tecnologías han tenido un impacto perturbador para jóvenes sometidos al valor hegemónico del consumo y la competitividad. Aunque el Papa destaca los aportes de las tecnologías digitales, pone en guardia frente a comportamientos y adicciones que todos los padres de familia conocen.

Cito: “El ambiente digital también es un territorio de soledad, manipulación, explotación y violencia, hasta llegar al caso extremo del dark web. Los medios de comunicación digitales pueden exponer al riesgo de dependencia, de aislamiento y de progresiva pérdida de contacto con la realidad concreta, obstaculizando el desarrollo de relaciones interpersonales auténticas”. 

Otro aspecto en el que el Papa renueva el mensaje de la Iglesia se refiere a las mujeres: “Una Iglesia viva puede reaccionar prestando atención a las legítimas reivindicaciones de las mujeres que piden más justicia e igualdad. Puede recordar la historia y reconocer una larga trama de autoritarismo por parte de los varones, de sometimiento, de diversas formas de esclavitud, de abuso y de violencia machista”.

Cerezos en Japón

Que nos sea permitido terminar, pese a los horrores y la rudeza de nuestro mundo, con una mirada admirativa al pueblo japonés que celebra en estos días el período de eclosión de su flor nacional, la del cerezo. Es una flor que vive solo durante diez días y cuyo florecimiento es esperado como señal de la llegada de la primavera y con ella la renovación de la vida. No es solo un ejercicio de contemplación: durante los diez días de los cerezos en flor cuatro millones de turistas visitan el Japón, es decir más de los que el Perú recibe a lo largo del año.

¿Porqué apreciamos tan poco la flor emblemática de Lima, el amancaes y el árbol que figura en nuestro escudo, la quina? Quizás podamos aprender mucho sobre nosotros mismos y sobre nuestras difíciles relaciones si observáramos con admiración las flores, las plantas y los árboles. Ya lo decía el Canciller de Hierro, Bismarck: “Si no amara tanto los árboles no sabría cómo vivir”.

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