A propósito de nuestra incapacidad para diseñar un futuro común, vale la pena recordar que precisamente hoy se conmemoran 500 años de la caída de la ciudad de Tenochtitlán, la capital del Imperio Azteca.
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Los nubarrones siguen acumulándose sobre nuestro espacio político y como se sabe anuncian una lluvia inevitable. Atrapado en su mitología revolucionaria y en su visión mistificada del pueblo, el gobierno no parece asumir que su bancada representa menos de una tercera parte de los votos en el Congreso. Perú Libre obtuvo siete presidencias de comisiones, pero ninguna importante.
Sobre todo no la de Constitución ni la de Educación. La primera es clave a causa de la desafortunada idea de Asamblea Constituyente, que ya mostró para qué sirve en países como Bolivia y Venezuela. Por su parte la Comisión de Educación corresponde con el pasado sindicalista de Pedro Castillo y el apoyo que espera contar del flamante sindicato magisterial. El Congreso vuelve a ser un espacio de polarización, donde se discute de todo, salvo de los problemas que afectan directamente a la población.
Es vergonzoso que no exista un pronunciamiento a propósito del documento de la ONU sobre cambio climático. El gobierno y el Congreso comparten el triste rol de guardar silencio, por ignorancia o irresponsabilidad. Algo semejante sucede con el alza de precios, con la excepción de la penosa declaración del primer ministro sobre las condiciones para que Julio Velarde siga siendo presidente del Banco Central.
A propósito de nuestra incapacidad para diseñar un futuro común, vale la pena recordar que precisamente hoy se conmemoran 500 años de la caída de la ciudad de Tenochtitlán, la capital del Imperio Azteca. Hernán Cortés supo hacerse aliados, cientos de miles de guerreros de las etnias sometidas por los mexicas, que vieron en él un agente de su liberación. Mucho nos ayudaría tomar en serio el mensaje conciso y profundo que resume lo sucedido hace 500 años: “No fue triunfo ni derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy”.
Las cosas como son
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