Un paraíso turístico con nombres sugerentes como ´Las Dos Tetas´, ´La Barca´ o ´La Otra Playa´fueron bautizados por los primeros pobladores de este balneario, ubicado en provincia de Ascope.
Malabrigo no solo es la playa con la ola izquierda más larga del mundo o el puerto que mereció una salerosa e inspirada marinera de los hermanos Zañartu. Malabrigo es, además, un balneario que despierta el interés y la admiración de cientos de foráneos que acuden a refugiarse bajo su cálido clima y encanto de su gente.
Este paraíso turístico, ubicado en la provincia de Ascope, La Libertad, es concurrido todo el año. En invierno, sin duda, hace honor a su nombre; pero lo que más llama la atención son las singulares denominaciones que sus pobladores bautizaron a diversos sectores.
En un recorrido imaginario de norte a sur por la orilla de la playa, encontramos en primer lugar a “Urricape”, cuya peculiaridad y belleza está en lo cristalino de sus aguas donde se pueden ver peces, cangrejos intentando esconderse bajo pequeñas piedras.
Siguiendo el camino llegamos a la “Petrolera”, donde se guardaban combustible que usaba la antigua empresa Gildemeistr para embarcar azúcar. Luego está “El Muelle” y “El Taller”, hoy en día lucen abandonados y deteriorados, resistiendo el tiempo y la indiferencia de las autoridades.
Frente al pueblo encontramos peñas conocidas como “La Mesa”, utilizado por los pobladores para cazar cangrejos y recoger el rico y nutritivo mococho; “El Bajo”, donde se puede pescar tramboyo y chitas cuando el mar está en marea baja; y la “Peña Larga”, una serie de peñas juntas que semejan a un archipiélago en miniatura donde se puede sacar caracoles, barquillos, choros y otros frutos del mar.
Luego encontramos “La Barca”, donde se puede pescar cerca a la peña y al “huaraqueo”, que es lanzar el cordel lo más lejos que permita la fuerza del pescador para sacar peces grandes como chitas o cherlos.
Al término de nuestro recorrido está “La Punta”, un cerro a la orilla del mar donde los más antiguos pobladores cuentan que se pescaba la rica cojinoba, corvinas, robalos y chitas. Hoy es sólo un añejo recuerdo. Finalmente llegamos a “La Otra Playa” donde se pesca y marisca en una gran extensión de peñas.
Para el final he dejado el lugar más visitado y curioso por su nombre y figura: “Las Dos Tetas”. Nombre erótico que no puede ser más apropiado a este paisaje en la ladera de un acantilado frente al mar; donde se apreciaban dos prominencias idénticas al busto de una mujer. Lamentablemente debemos hablar en pasado, porque el tiempo hizo sucumbir una de ellas y ahora yace caída y derruida como muestra de su existencia.
Sin embargo, Malabrigo guarda otros secretos que la convierten en un lugar ineludible para los aventureros en busca de nuevas emociones.
Por: Julio Correa V.
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