En la tierra de Ciro Alegría se ubica el poblado de Marcabal Grande, donde sus habitantes armaron una jarana para celebrar la inauguración de un jardín de niños.
La construcción de un jardín de niños causó tanta expectativa en el caserío de Marcabal Grande (La Libertad), que sus humildes pobladores y autoridades no dudaron en sacrificar una res, cuyes, contratar una banda y juegos artificiales para celebrar.
Hombres y mujeres, campesinos en su mayoría, gestionaron por años la edificación de este local que pueda brindar educación básica a sus hijos y ofrecer al mundo un nuevo Ciro Alegría; escritor, político y periodista natural del distrito de Sartimbamba, provincia de Sánchez Carrión, quien se inspiró en su tierra para escribir “La Serpiente de Oro”.
Pero, ¿por qué tanta bulla en el pueblo?. Es que son pocas las autoridades y foráneos que se atreven a llegar hasta el sector “El Eucalipto”, nos comenta un poblador encargado de llevar la chicha y repartirla entre la comunidad y los niños.
Es verdad, son cuatro horas de camino en camioneta rural desde Huamachuco, por una trocha que deja machacado a cualquiera. Al llegar al Jardín de Niños 2186, los comuneros reciben a los visitantes con una cálida sonrisa y tímidos aplausos. Incluso prepararon un programa especial que incluyó la actuación de los niños, huayno, la imitación a la Muñequita Sally y emotivas palabras de bienvenida.
Para mí era un viaje más que tenía que cubrir, pero para los pobladores la gran oportunidad de agradecerle y pedirle al presidente regional, Carlos Sandoval, la construcción de otras dos aulas.
Los niños de la zona están ansiosos por aprender y no dejan de preguntar para qué sirve cada botón de la cámara fotográfica. Los más intrépidos dicen es un Transformers.
La profesora Sofía Suárez saluda este interés porque cada uno de los 45 alumnos tiene que caminar entre 2 y 3 horas para llegar al jardín, soportando fuertes heladas y a veces lluvias intensas.
Ella, constantemente les pone como ejemplo a Ciro Alegría, porque a través de su narrativa indigenista, marcada por la creciente conciencia sobre el problema de la opresión indígena, tiene el afán de dar a conocer esta situación.
Esta magnífica y exigente vista a Marcabal Alto y sus más de 3 mil 200 m.s.n.m., se desarrolla en medio de un panorama espectacular y diverso. Su geografía, fauna, flora, así como pintorescas costumbres del poblador del ande liberteño no deja de sorprendernos.
Ahora, nos apuramos que nos queda otras cuatro horas de regreso a Huamachuco.
Por: Julio Correa Lecca
Lea más noticias de la región La Libertad
Comparte esta noticia