Se trata de cuatro centros poblados del distrito de Mancos que se ubican al pie del nevado más alto del Perú y de las cordilleras tropicales del mundo.
Qué duda cabe que el nevado Huascarán, ubicado a 6 mil 768 metros sobre el nivel del mar, es uno de los principales atractivos turísticos de la región Áncash y del país, visitado por montañistas peruanos y extranjeros, amantes de los deportes de aventura.
Quizá por las características de un nevado, nadie se animaría a vivir a sus pies; sin embargo, en el distrito de Mancos, provincia ancashina de Yungay, hay cuatro centros poblados que desde hace 192 años se instalaron al pie del Huascarán y ni siquiera los derrumbes ocasionados por los efectos de la deglaciación han conseguido ahuyentarlos.
Cuatro pueblos vigilantes del Huascarán
Se trata de los poblados de Utupampa, Yanamito, Huashcao y Huaypán, ubicados a solo 40 minutos de Mancos, ciudad considerada El Corazón del Callejón de Huaylas.
Sus más de seis mil habitantes se dedican a la agricultura y la ganadería. Trabajan sus tierras para producir tubérculos como papa, olluco y oca, así como cereales. Crían ganado ovino y porcino para poder alimentar a sus familias.
Están acostumbrados a soportar las más bajas temperaturas y señalan que no le temen al desprendimiento de hielo que suele registrarse en el nevado, ya que para ellos se ha convertido en un hecho natural.
El turismo de aventura
Para ellos no es raro ver a ciudadanos extranjeros desplazarse por sus tierras, principalmente, desde el mes de abril hasta agosto, periodo en el que se incrementa el número de visitantes que se divierten escalando el nevado.
Por el contrario, en este periodo los pobladores aprovechan en ganarse unos soles y alquilan burros por S/.30 o S/.40 para que los visitantes puedan transportar sus pertenencias, nos refiere Erik Ocaña Dionicio, trabajador de la Municipalidad Distrital de Mancos.
Refiere, además, que Mancos no solo marca el inicio de la travesía al nevado, sino que ofrece mucho más; exquisitos potajes, principalmente el picante de cuy kankao, es decir cocido a carbón y la chicha de jora y de molle.
El santo de los peluches
Cuenta que es el santo patrón San Roque el único capaz de reunir a miles de devotos de todo el Callejón de Huaylas, quienes le entregan un peluche para que les cumpla su deseo.
Cada 16 de agosto, día central de la celebración, las calles están abarrotadas de fieles que al compás de las más reconocidas bandas de músicos rinden homenaje a este peculiar santo.
Mancos lleva por lo alto la denominación de "Corazón del Callejón de Huaylas", tan alto como el nevado Huascarán, el cual sigue siendo el testigo mudo de las experiencias más excitantes de los aventureros y por qué no, también de las más aterradoras quienes desaparecieron al escalar su inmensidad.
Por: Yanet Reyes
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