El parricidio, uno de los delitos que genera mayor conmoción en la sociedad, rompe con la expectativa de armonía y protección dentro de las relaciones familiares. Este acto extremo, en el que una persona le arrebata la vida a un miembro de su propia familia, ya sea padre o hijo, resulta impactante y despierta interrogantes fundamentales.
Beatriz Susana Mamani Maquera de 55 años fue encontrada muerta, con signos de haber sido asfixiada en el patio de su vivienda en Tacna. Su hija, Valeria Alarcón Mamani de 21 años, tras entrar en contradicciones, ahora es la principal sospechosa y se le acusa del delito de parricidio.
Aunque el caso aún está en investigación, en el Perú no es nuevo este tipo de delito. Actualmente según el doctor German Small exdirector ejecutivo del INPE existen 486 peruanos a nivel nacional que cumplen condena por parricidio, siendo la mayoría de ellos hombres de 25 a 40 años.
"Pero recientemente es que tendríamos solamente por parricidio 486 internos a nivel nacional. Lo que ocuparía en el ranking de delitos que tienen incidencia en el campo penitenciario estaría en el 29, el puesto 29. Son personas que están entre 25 a 44 años o 40 años y generalmente son esposos, esposas, ascendientes o descendientes, generalmente matan por lucro, matan por quedarse con los bienes", dijo German Small, exdirector ejecutivo del INPE.
El delito de parricidio se encuentra comprendido en el artículo 107 del Código Penal del Perú donde se señala: "El que, a sabiendas, mata a su ascendiente, descendiente, natural o adoptivo, o a una persona con quien sostiene o haya sostenido una relación conyugal o de convivencia, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de quince años".
Según explica el juez supremo provisional Víctor Valladolid, si el delito se comete con las siguientes agravantes puede llegar hasta los 35 años de cárcel.
"Por ejemplo cuando el hijo mata al padre con la finalidad de ya querer la herencia. Otro supuesto de gravedad del parricidio es cuando se comete el delito con la finalidad de facilitar u ocultar otro delito y también hay este delito de parricidio agravado cuando el hecho se comete con gran crueldad o con alevosía y finalmente el más reprochable es cuando en la ejecución del parricidio se utiliza fuego", señaló el magistrado.
Hay 372 procesos por parricidio pendientes
Uno de los casos de parricidio más sonado en nuestro país ocurrió en el 2013, Marcos Arenas asesinó a su madre adoptiva, una prospera empresaria panadera, quemó su cuerpo y abandonó el cadáver en una zona descampada de Manchay. Un crimen que cometió con la ayuda de su entonces pareja Fernanda Lora. Por este delito, ambos permanecen en prisión.
A inicios del 2023 en Iquitos los peruanos se conmocionaron con la extraña y cruel muerte de un bebé, un caso donde el principal sospechoso es su propio padre.
¿Qué pasa en la mente de una persona para querer acabar con la vida de un miembro de su propia familia? Según el médico psiquiatra Carlos Bromley, director de Salud Mental del Ministerio de Salud, son personas en su mayoría con características psicopáticas.
"Son fríos, son calculadores, planifican los asesinatos y son inmediatistas, no sienten culpa ni arrepentimiento por las muertes que han ocasionado y generalmente lo hacen para buscar algún tipo de beneficio personal", expresó Carlos Bromley.
De enero hasta mayo del presente año existen 372 procesos judiciales por parricidio pendientes de ejecución. Según los especialistas son casos que se dan por un problema de valores que se produce desde pequeños y que necesita de intervención psicológica y un sostenimiento educativo temprano.
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